Foto: Reuters Alex Azar, presentado por el vicepresidente, Mike Pence, también se rodeó de personas sin experiencia.  

El 21 de enero, el día en que se reportó el primer caso de coronavirus en Estados Unidos, el secretario del Departamento de Salud y Servicios Humanos (HHS) apareció en Fox News para informar lo último sobre la enfermedad que asolaba China. Alex Azar, un abogado de 52 años y exejecutivo de la industria farmacéutica, aseguró que el Gobierno de Estados Unidos estaba preparado.

“Desarrollamos una prueba de diagnóstico en los CDC, por lo que podemos confirmar si alguien lo tiene”, dijo Azar, “vamos a difundir ese diagnóstico en todo el país para que podamos hacer pruebas rápidas en el lugar”.

Si bien el coronavirus en Wuhan, China, era “potencialmente grave”, dijo Azar a televidentes, “es algo para lo que tenemos una estrategia”.

Los comentarios iniciales de Azar se equivocaron en dos frentes. Como muchos funcionarios estadounidenses, desde el presidente Donald Trump, subestimó la gravedad de la pandemia y sobreestimó la preparación de su secretaría.

Como ahora se sabe, dos agencias que Azar supervisó no tuvieron pruebas viables durante cinco semanas y media, incluso cuando otros países y la Organización Mundial de la Salud (OMS) ya tenían preparada la suya.

 

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