Con más de 2.5 millones de personas contagiadas por la nueva cepa del coronavirus en el mundo, los gobiernos y los organismos internacionales también deben atender fenómenos de violencia que no cesaron… a pesar de que todos los servicios y recursos humanos se volcaron a la atención de las personas enfermas y las más de 175 mil muertes que ha provocado el Covid-19.
Esta semana, el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) emitió un informe sobre las condiciones en las que se encuentran los países de Centro América y México, en el que aclara que la violencia no para. El informe del comité evalúa que las comunidades que ya eran las más afectadas por la violencia y la marginación, también serán las que peores consecuencias presenten por los contagios.
Conmina a los gobiernos a poner especial atención a las condiciones de esta población para procurar un mejor combate a la enfermedad y sus consecuencias.
Los familiares de las personas desaparecidas, migrantes, así como las privadas de su libertad y aquellas que residen en puntos de altos registro de violencia son las que mayor preocupación generan al Comité, que atiende sus necesidades con la intención de ser un agente neutral de auxilio.
Facilitaron que 149 mil personas migrantes se contactaran con algún familiar con quien no habían podido enlazarse y realizaron intervenciones quirúrgicas a al menos 165 más.
Más de 7 mil personas han sido beneficiadas por los servicios del CIRC en los centros de privación de la libertad para revisar sus condiciones.
En Honduras destacaron el regreso de más de 109 mil migrantes deportados de otras naciones que necesitan atención y recolocación. Aún durante la pandemia han registrado deportaciones, lo que coloca a los hondureños en condiciones de mayor vulnerabilidad.
En el Medio Oriente, donde los roces regionales son constantes, el escenario no cambia: al menos 28 combatientes de las milicias que apoyan al Gobierno de Afganistán murieron esta semana en enfrentamientos con los talibanes en dos provincias del norte del país.
Y en América, Canadá puso otro ejemplo: el peor tiroteo en la historia moderna de Canadá dejó 19 víctimas, entre ellos una policía y el atacante.
Se espera que suba la cifra de víctimas de los ataques en la provincia de Nueva Escocia.
El atacante de 51 años disparó contra personas en varios lugares, sin que la Policía conozca los motivos.
EFVE