Por: Grecia Soto/Universidad Anáhuac México
Héctor Sotero Mata Álvarez es abogado por la Escuela Libre de Derecho, y aunque llegó a ejercer profesionalmente como litigante y corporativista, después de un tiempo decidió buscar nuevos aires y tras fundar su propia empresa de bienes raíces, hoy emprende un nuevo camino y se estrena en el mundo de la literatura con su ópera prima Toma de control.
En una entrevista para 24 HORAS, Héctor describe que tanto las influencias de su tío como de su papá (ambos abogados) y las experiencias profesionales que vivió, por más repartidas que hayan resultado, terminaron representando las causas necesarias para derivar en un efecto particular: la historia de Don José Álvarez.
Don José es una persona adulta, que, aunque ya tiene unos cuantos años encima, estos sólo son reflejados en el respeto y el cariño que ha causado su persona entre todo aquél que le conoce, ya que es un empresario de nombre, mucho éxito y lleno de humildad.
Un día, él decide organizar algo en merced de los más desfavorecidos: La Alianza. Un organismo que pretende promover la interacción entre sindicatos, empresas y gobierno para así agrupar cada una de las actividades productivas y buscar obrar en pro del bien común.
“(Lo de Don José) esa es una buena intención, una intención que quizá deberíamos de compartir todos… el ideal en sociedad es que todos comprendamos que no sólo es bueno, sino que, nos conviene actuar bien en conjunto. Así es como todos y cada uno de nosotros podremos desarrollarnos plenamente, alcanzar un mejor nivel de vida.” Menciona Héctor mientras hace hincapié en la benevolenza del protagonista.
Así mismo, se presenta en la novela a un grupo de personas “avaras, envidiosas y malditas” quiénes a lo largo de la historia terminarán por demostrar que, por acumular bienes, ya sean políticos, económicos o sociales, serán capaces de pasar por encima de quién sea necesario. Es precisamente en este momento en el que el autor llama a la reflexión, pues para él, aquellos a quienes parece que “no les gusta vivir en sociedad” no sólo terminan dañándose a ellos mismos, sino también a los demás: “Debiéramos (deberíamos) con muchísima conciencia, sentir esa responsabilidad que es vivir en sociedad… Pero no verla tan en serio, al contrario, debería ser con alegría, sentirnos felices de vivir así.”
La historia se sitúa en el estado “más crudo y realista de todos”, no tiene una relación específica con algún lugar o una persona, ya que pretende demostrar que el comportamiento humano es universal, en todas partes existen “los buenos” y “los malos”.
Para Héctor resulta preocupante la descomposición social que se vive hoy en día, pues él afirma que, aparentemente, nadie se preocupa por el otro sino es hasta que sucede una de dos cosas: el éxito toca a sus puertas, o se convierten en resentidos sociales. Esto quiere decir que existe una falta de conciencia, de compromiso y responsabilidad que tienen como resultado la indiferencia que se muestra ante los infortunios y la seguridad de responder y afirmar con un “mientras no me toque a mi…”. Por esto mismo, él señala que la preocupación por el rumbo que va tomando la sociedad debería ser constante y procurando siempre el bien hacia los demás.
En pocas palabras, Toma de control representa la aspiración de una sociedad mejor para todos y esto significa su misma razón de existir: la necesidad del autor de aportar a la utopía al plasmar experiencias vividas y conocimiento adquirido. Bien escribe en las primeras páginas del texto: “Vivir y no compartir es egoísmo, es una traición a la vida. La experiencia se comparte. No importan los errores. Importa vivir y compartir.”
Lo que debes saber:
Si deseas más información, o bien, adquirir la novela, ingresa a la página web www.tomadecontrol.com.mx y realiza el proceso de registro para que se te notifique al momento cuando el libro esté a la venta.
LEG