Con el objetivo de crear una organización que regulara el futbol que iba en aumento en popularidad, siete países se conjuntaron para crear la Federación Internacional de Futbol Asociación (FIFA), fundada el 21 de mayo de 1904.
Bélgica, Dinamarca, España, representada por el club Real Madrid, Francia, Holanda, Suecia y Suiza fueron los encargados de colocar los cimientos para la formación del órgano rector del balompié en el mundo, con el francés Robert Guerín como su primer presidente.
Con el paso de los años, se unieron Inglaterra (1905), País de Galés y Escocia (1910), además de Irlanda del Norte (1911), mientras que Sudáfrica (1909) fue el primer país no europeo que se afilió, seguido de Argentina (1912), Canadá y Chile (1913) y Estados Unidos (1914).
La primera gran derrota que sufrió no fue propiamente en la cancha, sino fuera de ella, ya que después de la Primera Guerra Mundial (1914-1918), las naciones británicas la abandonaron al no querer competir con sus rivales en el campo de guerra.
La llegada del francés Jules Rimet en 1921 le dio un nuevo impulso, ya que se encargó de organizar los torneos de futbol a partir de los Juegos Olímpicos París 1924.
Cuatro años después, en el Congreso de Amsterdam se acordó buscar la creación de su propio campeonato mundial, que se consolidó un año después en Barcelona, y así surgió la Copa Mundial Uruguay 30, la primera en la historia.
Tras la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), las federaciones británicas regresaron a ser parte de la FIFA, y para sus primeros 50 años ya contaban con 84 miembros.
La llegada del brasileño Joao Havelange a la presidencia en 1974 representó un cambio radical en cuanto a su manera de ver que fuera más redituable, además de usar el futbol para ayudar el desarrollo de los países menos favorecidos.
LEG