La reanudación regular de actividades en el país, me parece, debería iniciar guardando un minuto de silencio y decretando 5 días de Duelo Nacional por las mujeres y hombres mexicanos que tristemente perdieron la vida por la pandemia del Covid-19.
Esa sería, me parece, una mínima muestra de empatía y solidaridad con las familias mexicanas que perdieron a uno de los nuestros. Adicionalmente, y en señal de luto, la bandera nacional debería ondear a media asta en todos los edificios públicos.
Durante los cinco días que duraría el Duelo Nacional, se podría hacer una pausa a las actividades para guardar un minuto de silencio a mediodía.
La solidaridad mostrada por todas y todos; guardando distancia, quedándose en casa, asistiendo a las personas con contagio o enfermos, o atendiendo los servicios básicos, no debería pasar inadvertido. El regreso así sin más, me parece, no sería una buena señal.
Durante estos largos días, como en otros trágicos momentos, las muestras de cooperación y fraternidad han quedado de manifiesto. Pero también el dolor ocupó el vacío.
A diferencia de otros críticos momentos que hemos vivido por desastres naturales por ejemplo, en donde la suma de manos y apoyos con medicinas y alimentos era necesario, ahora el distanciamiento social era lo que se requería, y así lo hicimos.
Por la pandemia se nos privó de manifestaciones de amor, de aprecio, de amistad, de camaradería. Pero no nos debe privar de la hermandad y la solidaridad que nos ha caracterizado.
Decretar días de duelo, es una forma simbólica de guardar en la memoria a nuestros familiares, a nuestros amigos, a nuestros conocidos, a nuestros vecinos.
Esta crisis nos ha traído nuevas experiencias y reflexiones a las que debemos enfrentar también con nuevas visiones y perspectivas. El enemigo invisible nos hizo reparar en muchas de nuestras carencias y nos hizo reparar también que no se tiene todas las respuestas.
¿Hemos aprendido la lección?
@mauriciotoledog