Líderes económicos, políticos y sociales de todo el mundo urgen al G20 a brindar ayuda inmediata a los países más pobres de África, Asia y América Latina, que representan casi el 70% de la población mundial y aproximadamente un tercio del PIB global.

 

Además, señalan que la inversión “verde” debe estar en el centro del plan de estímulos para la recuperación, con un gasto centrado en infraestructura y otros proyectos benéficos para el desarrollo sostenible y el empleo, lo cual hará que la recuperación de la crisis sea verdaderamente transformadora y acelere el progreso en el cumplimiento de los acuerdos sobre cambio climático.

 

En el Pronunciamiento, mencionan que es el momento adecuado para que los líderes del G20 celebren una segunda reunión para discutir medidas para avanzar en la implementación del Plan de Acción y acordar una respuesta global más coordinada a las emergencias de salud, económicas y sociales que enfrentamos.

 

El G20 ha demostrado que puede unir a las personas en torno a un conjunto común de acciones. Lo que decida a continuación sobre la respuesta de la Covid-19 tendrá una relación directa con el futuro de la economía mundial.

 

“Como lo hicimos hace un mes, enfatizamos la urgencia de brindar ayuda inmediata a los países que enfrentan los efectos de una crisis global sin precedentes. Los problemas que enfrentan los países más pobres de África, Asia y América Latina exigen una acción inmediata, al igual que las economías de ingresos medios, que en conjunto, representan casi el 70 por ciento de la población y un tercio del PIB mundial”.

 

Las Naciones Unidas predicen que una recesión mundial sumiría a más de 420 millones de personas en la pobreza extrema; el Programa Mundial de Alimentos ha estimado que 265 millones de personas sufrirán niveles de hambre de crisis, un aumento de 130 millones con respecto a los niveles previos a la pandemia.

 

También escuchamos informes sobre la presión sobre todos los servicios de salud y otros servicios sociales de los que dependen las niñas y las mujeres en todos esos países.

 

Además, Covid-19 ha causado la mayor emergencia educativa de nuestra vida: 1 mil 500 millones de niños, el 80 por ciento de todos los niños, han estado fuera de la escuela y a la mayoría se les niega el aprendizaje a distancia. “Muchos nunca volverán, y muchos, tememos, pueden ingresar al trabajo infantil”.

 

 

Salud

La emergencia económica y social mundial no puede terminar hasta que podamos poner fin a la emergencia sanitaria mundial. Y no será hasta que la terminemos en todos los países.

 

Damos la bienvenida a los 8 mil millones de dólares prometidos el 4 de mayo para vacunas, diagnósticos y desarrollo terapéutico, pero queda mucho por hacer: necesitamos una coordinación global del desarrollo, la fabricación en masa y la distribución equitativa de una vacuna o vacunas para garantizar que estén disponibles de forma universal y gratuita lo más rápido posible.

 

Instaron a los miembros del G20 a apoyar en su totalidad la reposición de 7.4 mil millones de dólares a la Alianza de Vacunas, que entre 2021-25 inmunizará a 300 millones de niños, salvando hasta ocho millones de vidas.

 

Economía

Notamos los múltiples obstáculos que enfrentan los países desarrollados para regresar al crecimiento, pero también el deterioro de las condiciones económicas y fiscales que enfrentan muchas economías emergentes, de ingresos medios y en desarrollo. Más de 100 países se han acercado al Fondo Monetario Internacional en busca de ayuda, y se espera que más lo hagan.

 

El FMI ha dicho que los mercados emergentes y los países en desarrollo necesitan 2.5 billones de dólares para superar la crisis, pero hasta ahora solo se ha asignado una fracción.

 

El alivio de la deuda para los 76 países de la Asociación Internacional de Fomento debe ampliarse radicalmente para incluir el alivio de los acreedores bilaterales, multilaterales y privados hasta fines de 2021, y operarse con urgencia.

 

Una docena o más de países de mercados emergentes pueden encontrarse con problemas de servicio de la deuda en el próximo año, alertaron, por lo que sugieren al FMI convocar a los actores relevantes y establecer parámetros amplios para la resolución.

 

Mencionan que las consecuencias de no actuar ahora se sentirían durante el resto de la década, “por lo que es momento en que los países deberían estar dispuestos a ir más allá de sus límites máximos normales de déficit fiscal.

 

“Las redes de seguridad social, los servicios de salud regulares, la educación y las iniciativas de cambio climático, y para el calendario 2030 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, no deben sufrir debido a la lucha para mitigar la transmisión de la COVID-19, por lo que debe asegurarse que tengan recursos suficientes para al menos los próximos cinco años, lo que requerirá un billón de dólares adicionales.

 

Respuesta coordinada

Es vital una mejor coordinación fiscal, monetaria y del banco central, por lo cual la inversión “verde” debe estar en el centro del estímulo, con un gasto centrado en infraestructura y otros proyectos benéficos para el desarrollo sostenible y el empleo. Esto hará que la recuperación sea verdaderamente transformadora y acelere el progreso en el cumplimiento de los acuerdos sobre cambio climático.

 

Sin la acción del G20, concluyen, la recesión causada por la pandemia se profundizará, perjudicando a todas las economías, y a los pueblos y naciones más marginados y pobres del mundo.

 

Representando el 85 por ciento del PIB mundial, el G20 tiene la capacidad de liderar la movilización de recursos en la escala requerida. “Instamos a los líderes a que lo hagan de inmediato y envíen un mensaje de esperanza para el futuro, al convertir la crisis en una oportunidad para construir un multilateralismo nuevo y más efectivo, que refleje las realidades económicas y políticas actuales y esté mejor equipado para los desafíos del siglo XXI”, concluye la declaración.

 

PAL