Al cierre del año la deuda pública como proporción del Producto Interno Bruto (PIB) podría llegar hasta un 59.2% y se corre el riesgo de perder el grado de inversión para 2021, si el Gobierno no implementa alguna política contracíclica o cambios fiscales para sobrellevar la crisis económica por la pandemia del coronavirus, estimó BBVA México.

 

 

Según un análisis de la institución, si bien el Saldo Histórico de los Requerimientos Financieros del Sector Público (SHRFSP), que es el concepto más amplio de la deuda pública, bajó dos décimas porcentuales para ubicarse en 44.7% del PIB en 2019, la significativa contracción económica anticipada para 2020 causará un incremento considerable en el nivel de este indicador.

 

 

De esta manera, en un escenario donde la economía mexicana se contraiga 7%, la deuda como proporción del PIB ascendería a 53.4%, equivalente a un incremento de 8.7 puntos porcentuales; mientras que en el supuesto de un desplome de 12% en el PIB de México, la deuda aumentaría hasta un 59.2% al finalizar el 2020, igual a un alza de 14.5 puntos.

 

 

Para ambos casos, dicho aumento sería atribuible a los mayores RFSP, el menor PIB nominal y la depreciación del peso.

 

 

Ante ello, la institución dirigida por Eduardo Osuna “sugirió” que el Gobierno federal busque evitar una mayor caída de la actividad económica mediante una reasignación del gasto público que amplíe el paquete de estímulos fiscales.

 

 

Agregó que también podría darse una respuesta fiscal contracíclica que ayude a amortiguar los efectos económicos de la pandemia, siempre y cuando estuviera acompañada de un anuncio de reforma fiscal que entre en vigor una vez superada la contingencia sanitaria.

 

 

“Así, no solamente se evitaría un mayor crecimiento de la deuda pública y un menor margen de maniobra fiscal hacia delante, sino que también se aceleraría la recuperación económica después de la pandemia. De no haber un cambio de fondo en la política fiscal, es muy probable que el año entrante se pierda el grado de inversión”, subrayó BBVA México.

 

 

A su vez, añadió que la mayor recuperación económica resultaría en una trayectoria de deuda pública más sostenible en el mediano plazo, aun en el caso de que se implementara tal respuesta fiscal contracíclica.

 

 

Lo anterior, tomando en cuenta que “sería preferible una situación en la que la deuda pública fuera 65% del PIB y con un crecimiento más vigoroso, a una en la que dicho indicador fuera 60%, pero con una significativa disminución en la tasa de crecimiento potencial”.

 

 

A decir de la institución financiera, el Gobierno debería usar los fondos de estabilización de ingresos y los destinados en caso de emergencias para completar recursos que tengan como fin contrarrestar los choques negativos de la pandemia en términos de salud y bienestar social.

 

DAMG