Si bien el Internet es un bien público mundial poderoso y esencial, faltan los pilares fundamentales para la cooperación internacional que dicha herramienta requiere, determinó ayer el Secretario General de Naciones Unidas, António Guterres.
Lograr esa cooperación es un reto enorme al que, por si fuera poco, se ha sumado otro de dimensión planetaria: la pandemia de Covid-19, que causa sufrimiento y daños económicos sin precedentes.
“La tecnología digital es vital para casi todos los aspectos de la respuesta a la pandemia, desde las investigaciones para desarrollar una vacuna hasta los modelos de aprendizaje en línea, el comercio electrónico y las herramientas que permiten a cientos de millones de personas estudiar desde la casa”, detalló.
Esa inequidad devela una nueva cara de la desigualdad y acentúa las carencias económicas y sociales de las mujeres y niñas, las personas con discapacidades y las minorías de todo tipo.
Tras destacar que en 2019 el 87% de la población de los países industrializados utilizaba Internet, mientras que en las naciones menos desarrolladas la cifra llegaba apenas a 19%, Guterres se refirió a la falta de gobernanza de la tecnología digital, que propicia la exclusión, la desigualdad, la vigilancia electrónica, los abusos de derechos humanos y la delincuencia cibernética.
Advirtió que la fragmentación digital va en aumento, exacerbada por las divisiones geopolíticas, la competencia tecnológica y la polarización.
Guterres instó a cambiar estas tendencias y a hacer uso de las oportunidades que ofrece la tecnología digital para avanzar los cuidados médicos, mitigar la crisis climática, erradicar la pobreza y alcanzar todos los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
Microsoft también bloquea reconocimiento facial
Microsoft se unió a otros gigantes tecnológicos de la competencia al anunciar que prohibirá a la Policía usar sus herramientas de reconocimiento facial, debido a la falta de regulaciones gubernamentales. El presidente de Microsoft, Brad Smith, dijo al diario The Washington Post que la compañía no ha vendido su tecnología a la Policía en Estados Unidos y mantendrá dicha política hasta que existan leyes basadas en derechos humanos.
Los comentarios siguen a decisiones similares de las competidoras Amazon e IBM, en medio de la presión ejercida por activistas ante las grandes empresas tecnológicas con el fin de frenar el desarrollo de herramientas creadas por estas firmas que podrían utilizarse para discriminar a las minorías.
“La conclusión a la que llegamos es proteger los derechos humanos de las personas a medida que se implementa esta tecnología”, acotó Smith
LEG