Foto: Reuters "Estamos preocupados porque tres semanas no es suficiente preparación, no como en Alemania o España, que tuvieron cinco o seis semanas"  

Tras 100 días de paro forzoso por la pandemia del nuevo Coronavirus, el futbol regresa este miércoles a su cuna, Inglaterra, un evento esperado por millones de aficionados de todo el mundo, para un final de Premier League frenético, con 92 partidos en seis semanas.

 

Ni los partidos a puerta cerrada, ni la casi certeza de ver al Liverpool ganar un campeonato después de 30 años de su último título, lograrán rebajar el entusiasmo que rodea a este regreso de la Premier League.

 

Pese a la desolación por ver las tribunas vacías y la ausencia de ambiente en un país que vive y respira futbol habitualmente, el impacto quedará atenuado por el hecho que la Bundesliga, LaLiga y la Serie A, que se reanudaron antes que el campeonato inglés, han vivido el mismo tratamiento.

 

Por detrás de los Reds, que podrían coronarse ya campeones este mismo fin de semana, la lucha por las plazas europeas o por evitar el descenso promete suspense, espectáculo e intensidad, pese a las particulares condiciones del regreso.

 

Este miércoles se disputarán los dos partidos pendientes para unificar el calendario, una especie de aperitivo antes iniciar un endiablado esprint de nueve jornadas.

 

Si bien el primero de los partidos programados, Aston Villa-Sheffield United carece de glamour, la victoria permitiría a los Villanos abandonar la última posición, mientras que los visitantes, en caso de triunfo, ascenderían a la 5ª plaza, siguiendo con su espectacular temporada.

 

Tiempo para la adaptación

 

Al Sheffield United se le abriría así la posibilidad de luchar por jugar la próxima Liga de Campeones, sobre todo si fracasa el recurso del Manchester City ante el Tribunal Arbitral del Deporte (TAS) contra su exclusión de las competiciones europeas la próxima temporada por incumplir el fair-play financiero.

 

El otro partido será mucho más importante, porque si el Manchester City pierde contra el Arsenal, abrirá la puerta para que el Liverpool pueda conseguir el título este mismo domingo, si gana el derbi contra el Everton.

 

El técnico del Arsenal, el español Mikel Arteta, fue la primera personalidad del futbol inglés en dar positivo: “La noche en la que tuve síntomas y visto hasta qué punto es grave, tenía que informar, podía haber puesto a gente en peligro. Hicimos lo correcto y las autoridades de la Premier mostraron determinación”.

 

Si bien los aficionados podrán volver a ver futbol, aunque sea por televisión, la experiencia de jugar a puerta cerrada amenaza con ser más perturbadora para los futbolistas.

 

Sin los cánticos de los aficionados, los jugadores deberán contentarse con el ‘ambiente’ que darán las siluetas de cartón de los hinchas en las tribunas o los videos proyectados en las pantallas gigantes.

 

Además, necesitarán un tiempo para adaptarse a las estrictas medidas sanitarias impuestas antes y durante los partidos: desinfección de los vestuarios, de los balones, de los banquillos, de los banderines del córner, prohibición de escupir o de los contactos físicos para celebrar un gol.

 

“Cuando jugamos en casa, tenemos ese pequeño suplemento de intensidad y pasión que viene del público. Ahora no será el caso”, comentó el entrenador del City, Pep Guardiola.

 

“Pero, cuando eran niños, los jugadores jugaban en la calle, sin espectadores, y jugaban bien. Eso es todo lo que tendrán que hacer”, añadió el técnico español.

 

“Seguir vigilantes”

 

El principal temor del técnico es la gran cantidad de partidos que se van a concentrar en el próximo mes y medio, hasta completar el campeonato a finales de julio, sobre todo porque el City también está clasificado para los cuartos de final de la FA Cup.

 

“Estamos preparados para jugar un partido, pero tres días después otro y cuatro días después otro, no estamos preparados”, señaló Guardiola el martes en una videoconferencia.

 

“Estamos preocupados porque tres semanas no es suficiente preparación, no como en Alemania o España, que tuvieron cinco o seis semanas. Sabemos que no es suficiente, pero es lo que hay”, añadió.

 

Al igual que sus jugadores Raheem Sterling y Sergio Agüero, que calificaron de precipitado el regreso de la Premier League al país europeo más afectado por el Covid-19, Guardiola, que perdió a su madre por esta enfermedad en abril, tampoco está convencido al 100 por ciento.

 

“Comprendo que tengamos que hacerlo (volver a jugar). Tenemos la impresión que los daños para los clubes son enormes. Había que hacerlo para reducir el impacto todo lo posible”.

 

“Pero al final, es la salud de la gente” lo que prima, añadió el técnico. “El distanciamiento social, las mascarillas, los desinfectantes para las manos. Tenemos que seguir vigilantes porque el virus sigue ahí”, concluyó.

 

 

 

AR