La muerte del arquitecto y urbanista Jorge Legorreta significa un vacío en los  trabajos para la recuperación de la cuenca del Valle de México. Era el más interesado en promover el rescate de los diferentes ríos y lagos de la zona.

 

“Es una gran pérdida en estos tiempos que necesitamos voces como la de él (…) Fue uno de los primeros en tener una visión moderna del país en cuanto a la protección y mantenimiento del suelo de conservación (…) Estaba convencido de que los cuerpos de agua de la ciudad se podían mantener y recuperar”, dijo Luis Zambrano, investigador del Instituto de Biología de la UNAM.

 

Jorge Legorreta tenía una voz pública que servía para dar a conocer la problemática y las soluciones sobre política hidráulica en la ciudad, tema en el que se volvió experto.

 

“En este tópico sus opiniones eran referencia obligada pues conocía toda la historia del agua en la Ciudad de México desde el siglo XVI”, refirió Maruja Redondo Gómez, jefa del Departamento de Diseño de la UAM Azcapotzalco, donde trabajó el arquitecto hasta su muerte.

 

Pero no sólo el agua, Legorreta amaba la ciudad, conocía la historia de sus edificios, plazas y rincones. Dejó dos libros inéditos: uno sobre los murales de la ciudad que tratan los temas de la Independencia y Revolución Mexicana, y otro sobre las chinampas de Xochimilco.

 

El arquitecto y doctor en urbanismo falleció la madrugada de este martes a los 63 años, víctima de un infarto cerebral.

 

Fue investigador y catedrático del Politécnico Nacional y de la UAM, donde se desempeñaba como coordinador del Centro de Información del Agua. Ingresó a la política en1997, cuando fue designado jefe delegacional en Cuauhtémoc.