El 3 de julio de 1955, ha sido una fecha representativa para las mujeres mexicanas, pues se recuerda la primera vez que sufragaron en una elección federal, en este caso, para elegir diputados; no obstante que desde 1953, el presidente Adolfo Ruiz Cortines había promulgado reformas constitucionales para garantizar su ciudadanía.
Hace unos días se cumplieron 65 años de tan simbólico suceso el cual, al entenderse de manera articulada con otras cruzadas históricas en contra de la discriminación hacia las mujeres, nos hace darnos cuenta de la significativa conquista de igualdad y libertad política que ha representado el reconocimiento de nuestro derecho al voto.
Si bien es un logro para las mexicanas que esta prerrogativa se estableciera legalmente, no podemos perder de vista que las batallas para defender su ejercicio efectivo han tenido que seguir, y de forma todavía más aguerrida, para ganar espacios de participación en posiciones de poder, aún y cuando desde 1947, ya se había incluido en nuestra Constitución que pudiéramos votar y ser votadas en elecciones municipales.
A pesar de los años transcurridos, el cambio cultural en la apropiación de los derechos políticos de las mujeres ha tardado en permear, por citar un ejemplo, en la Encuesta Nacional sobre Discriminación en México 2010 de la CONAPRED, se reportaba que 3 de cada 10 de las que fueron entrevistadas, avisaba o pedía permiso a su esposo o pareja para decidir por quién votar.
Sin embargo, las mexicanas votan en mayor proporción que los mexicanos. De acuerdo con estimaciones del INE, durante los comicios federales de 2018, las mujeres fueron quienes expresaron su voluntad en las urnas en un mayor porcentaje (55.1%) que los hombres (44.9%). Por otra parte, los niveles de abstencionismo fueron más altos en ellos (53.6%) que en ellas (46.4%).
La igualdad de participación política de las mujeres mexicanas sigue en proceso. A lo largo de nuestra historia, ninguna ha ocupado la presidencia de la república. En los actuales gobiernos estatales, solo dos son dirigidos por mujeres: Sonora por la Gobernadora Claudia Pavlovich Arellano y Ciudad de México por la Jefa de Gobierno Claudia Sheinbaum Pardo.
La presente integración del Poder Legislativo federal refleja un importante avance en el empoderamiento político femenino, pues se integra por 63 senadoras de 128 representantes (49.2%), y por 241 diputadas de 500 miembros (48.2%). Hoy con dos presidentas de Mesa Directiva en ambas cámaras: la diputada Laura Angélica Rojas Hernández y la senadora Mónica Fernández Balboa.
Un gobierno democrático debe garantizar la plena participación y liderazgo de las mujeres en pie de igualdad con los hombres. Si bien todas las personas, por norma, tienen las mismas prerrogativas, es fundamental su traducción en hechos.
La lucha de las sufragistas es una de las tantas que generaciones de mujeres han peleado, y que las actuales seguiremos dando, hasta hacer realidad los derechos que siempre hemos tenido, y que logremos construir mejores sociedades donde quepamos todas y todos.
Como expresara la diputada Clara Campoamor, al debatirse el derecho al voto femenino en España, en 1931: “La única manera de madurarse para el ejercicio de la libertad y de hacerla accesible a todos es caminar dentro de ella.”
Comisionada Ciudadana del Instituto de Transparencia de la Ciudad de México (INFO)
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