Aunque 15% de los mexicanos tiene la genética necesaria para convertirse en un gran atleta, sólo 3% logra consolidar una carrera deportiva ante la falta de recursos para detectarlos a tiempo.

 

Cristina Rodríguez, directora de la Clínica del Deporte de la UNAM, explicó que hay dos tipos de músculo: el de contracción rápida y el de contracción lenta; según la herencia se pueden desarrollar deportes de velocidad o de resistencia, en ese orden.

 

Pero no sólo eso, también se heredan características como la rapidez para aprender y la coordinación, que son importantes para desarrollar una carrera deportiva y llegar a los Juegos Olímpicos, explicó Vladimir Ortiz, director de Alto Rendimiento de la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte (Conade).

 

Añadió que la diversidad genética que existe en todo el territorio mexicano hace que los niños y jóvenes puedan practicar cualquier tipo de deporte; el país podría tener atletas en todas las disciplinas, y no sólo en las tradicionales como la marcha, atletismo de velocidad  o clavados.

 

El directivo señaló que el potencial existe, en 15% de los mexicanos, pero faltan recursos humanos suficientes -médicos, entrenadores, siquiatras-, para detectar a los posibles atletas olímpicos entre los 40 millones de niños y jóvenes menores de 19 años.

 

La Conade cuenta con un programa de detección de talentos en el deporte, pese a ello, dijo el funcionario “no tenemos la cantidad de técnicos altamente especializados para poder dirigir el proceso de identificación, selección y desarrollo de los jóvenes talentosos”.

 

En este sentido reconoció que hay estados como Nuevo León, Jalisco, Baja California y Sonora que han realizado esfuerzos por captar a estos jóvenes, pero no son suficientes para lograr el alcance que México podría tener si se toma en cuenta la población total.

 

Al respecto, la directora de la Clínica del Deporte recordó que el nivel de actividad física entre este sector de la población es bajo, sobre todo el que se realiza dentro del ámbito educativo. “Cada vez hay menos gente que hace alguna actividad física y es más difícil detectar a los deportistas con potencial”.

 

Con ella coincidió Alejandro Bonilla, entrenador deportivo, para quien las clases de “educación física” en las escuelas son escasas y se convierten en recesos para los niños. “Lo más triste es que el primer contacto en forma es precisamente en las escuelas, por lo que es más un tema de suerte o casualidad que un atleta llegue a ser de alto nivel, que por un programa de desarrollo deportivo”, apuntó.

 

Entre 1.5 y 3 mdp destina la Conade cada año para la preparación de un ateta de alto rendimiento (entrenador, médico, viajes de entrenamiento y competencia)