Especialistas en Asuntos Regulatorios, Salud Pública y Nutrición hicieron un llamado a no desestimar la importancia del nuevo Etiquetado Frontal de Advertencia en alimentos procesados y bebidas azucaradas y no alcoholizadas, al tiempo que invitaron a la industria de alimentos y bebidas a no buscar excusas para su implementación, ya que los cambios con octágonos en el empaquetado pueden contribuir a inhibir, desde la niñez, la epidemia del sobrepeso, obesidad, diabetes e hipertensión.
La especialista en Salud Pública y Nutrición, adscrita al Centro de Investigación en Nutrición y Salud del Instituto Nacional de Salud Pública (INSP), Mtra. Ana Munguía Serrano, manifestó que el nuevo etiquetado que entra en vigor el próximo 1º de octubre es una herramienta fundamental y oportuna para apoyar en las decisiones alimentarias y disminuir el incremento de las comorbilidades relacionadas con la COVID-19.
Durante la videoconferencia titulada “El papel del nuevo Etiquetado Frontal frente a la epidemia y las ECNT”, Munguía Serrano aseguró que las reformas a la Ley General de Salud (LGS) y los cambios a la NOM-051-SCFI/SSA1-2010 que establecen el nuevo Etiquetado Frontal que incluye los octágonos de advertencia, contribuirá para que la población conozca qué alimentos o bebidas contienen altos niveles de azúcares, sodio, grasas saturadas o trans, calorías o azúcares así como cafeína y edulcorantes, ingredientes que en exceso favorecen Enfermedades Crónicas No Transmisibles (ECNT).
“El nuevo etiquetado frontal puede incidir en la elección y decisión del consumidor de los alimentos y bebidas, y con ello disminuir la ingesta de algunos ingredientes que contribuyen a incrementar los riesgos de padecer sobrepeso, obesidad, diabetes, hipertensión y otras enfermedades cardiometabólicas, las cuales han elevado los casos positivos y la mortalidad por la COVID-19”, enfatizó Ana Munguía, quien cuenta con una Maestría en Salud Pública (INSP).
Por su parte, la Q.F.B Fernanda Castro Pantoja, asesora en temas regulatorios para la industria alimenticia, comentó que las modificaciones a la NOM-051 no deben aplazarse por más tiempo, ya que es urgente que la población mexicana pueda leer las etiquetas de manera rápida y sencilla de los productos que consume diariamente, para que de esta manera tomen decisiones concientes y saludables.
“Parte de las modificaciones que podremos ver a la norma, además de los octágonos de advertencia y las leyendas precautorias, son cambios en la tabla nutrimental, donde se podrá conocer la cantidad de azúcares que fueron añadidos durante el proceso de fabricación del producto”, dijo.
Añadió que la tabla también estará estandarizada en cantidades de 100g o 100 ml, para de esta manera poder realizar comparaciones rápidas entre productos. Por otra parte, en el listado de ingredientes se podrá conocer las fuentes de azúcares de un producto estas deberán agruparse anteponiendo la palabra “azúcares añadidos”, seguido de la lista entre paréntesis con las denominaciones específicas de todos los azúcares.
“No está de más recordar que la glucosa se metaboliza más rápido por el cuerpo humano en comparación con la fructuosa y otros azúcares, que terminan metabolizándose en el hígado de manera más lenta, como es el caso de la fructosa”, afirmó Castro Pantoja, quien cuenta con un Diplomado en Calidad y es egresada de la Universidad de Guadalajara (UdeG).
La NOM-051 deriva de las reformas aprobadas por el Poder Legislativo a la Ley General de Salud (LGS). Establece que cualquier alimento o producto alimenticio que en su composición nutricional tenga sodio, azúcares, grasas saturadas o grasas trans en cantidades mayores a las establecidas, deberá incluir octágonos con la advertencia “ALTO EN” indicando las sustancias antes referidas que superan el valor establecido, dijo la especialista en Asuntos Regulatorios, Fernanda Castro.
De acuerdo con cifras de la Secretaría de Salud (SSA) Federal, 73% de las defunciones relacionadas con la COVID-19 tenían ECNT como diabetes, hipertensión y obesidad.
Los datos del Informe Técnico demuestran que, de los 49,698 decesos por COVID-19 hasta el miércoles 5 de agosto; el 43% tenía hipertensión; un 38% diabetes y el 25% presentaba obesidad. Además, un paciente puede presentar al mismo tiempo estas comorbilidades porque entre ellas se relacionan.
La Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (ENSANUT) 2018, reveló que la obesidad y el sobrepeso van en aumento. En el año 2012, ambas patologías afectaban al 71.3% de la población, mientras que en 2018 hubo un incremento al 75.2%, originando a su vez otros padecimientos como la Enfermedad Renal Crónica (ERC).
Finalmente es importante recordar que, el Consejo Coordinador Empresarial (CCE), en conjunto con la Confederación de Cámaras Industriales de México (CONCAMIN), impugnaron la NOM-051, por medio de un Amparo en el Juzgado Séptimo de Distrito Administrativo bajo el argumento de afectación al sector por no contemplar la diversidad de productos de esa industria y consideran que el sobrepeso y la obesidad es multifactorial.
Ante el recurso de Amparo, el 6 de marzo de 2020, el Tribunal Colegiado de Circuito en Materia Administrativa, revocó la suspensión dictada a favor por dicho Juzgado, con lo que se avala la aplicación de la NOM-051 a partir del primero de octubre, como dispuso el poder Ejecutivo Federal.
ica