Los pueblos indígenas han sido diezmados por enfermedades traídas de otros lugares a lo largo de la historia, males contra los que no tenían inmunidad, recordó ayer el secretario General de las Naciones Unidas, Antonio Guterres, quien llamó la atención sobre la precariedad en la que viven hoy dichas comunidades.
En el marco del Día Internacional de los Pueblos Indígenas, subrayó que antes de la pandemia por el Covid-19, esos pueblos originarios hacían frente a situaciones arraigadas de desigualdad, estigmatización y discriminación.
Las condiciones en las que vive esta población, aunadas a la pobreza y exclusión de los planes de respuesta a la emergencia han afectado en total a 476 millones de indígenas en el mundo.
Actualmente, más de 70 mil personas indígenas han sido contagiadas en el continente americano; entre los afectados se encuentran 23 mil miembros de los 190 pueblos en la cuenca del Amazonas, lo que representa una amenaza crítica, subrayó la ONU.
La ciencia ha demostrado que existe un vínculo entre el daño al medio ambiente y las emergencias sanitarias. Los indígenas también lo percibieron… pero desde tiempos ancestrales.
Gracias a sus conocimientos tradicionales y su relación con el mundo natural, saben desde hace mucho tiempo que la degradación de la naturaleza puede desencadenar enfermedades.
Los pueblos indígenas poseen una fuente de conocimientos que podrían ayudar a reequilibrar la relación de los seres humanos con la naturaleza. Sin embargo, la mayor parte de ellos carece de acceso o tiene acceso insuficiente a servicios básicos como la salud, el agua limpia y el saneamiento
El titular de la ONU destacó, además, que las personas indígenas trabajan principalmente en oficios tradicionales o en la informalidad, y se refirió también a las mujeres de esas comunidades, que por ser las encargadas de alimentar a sus familias padecen la suspensión del quehacer económico, ya que no pueden comerciar sus artesanías o productos agrícolas.
LEG