Existe para los mexicanos un dejo de nerviosismo en los periodos de cambio de poder en el Ejecutivo. Independientemente de la coyuntura política y social, el fantasma de las crisis económicas sexenales reaparece en cada sucesión presidencial. La reciente elección del 1 de julio de 2012, constituye una buena oportunidad para mostrar un breve panorama de los indicadores macroeconómicos del país en ocasión de la próxima toma de posesión del Presidente de la República. ¿Tendremos los mexicanos motivos de nerviosismo?

 

Tipo de cambio. Por tratarse -junto con la inflación- de un indicador visible para la opinión pública, el tipo de cambio del peso frente a las monedas extranjeras suele tomarse como una muestra del ritmo de la economía.

 

En la historia contemporánea de México la transmisión de poderes se asocia a las devaluaciones de la moneda nacional, donde la estafeta del costo político de dicha medida se traspasaba junto con la banda presidencial. En la Tabla 1 se muestran los precios del dólar al último día del año al comenzar el sexenio, correspondiente a los últimos cinco sexenios, así como las variaciones porcentuales durante estos periodos.

 

El peso perdió 14 veces su valor durante el sexenio de Miguel de la Madrid, mientras que el costo del dólar aproximadamente se duplicó en cada uno de los periodos de sus sucesores Carlos Salinas y Ernesto Zedillo. La flexibilidad en el tipo de cambio ha dado lugar a una ligera depreciación del peso en los últimos dos sexenios de gobiernos panistas.

 

 

Desempleo. A pesar de que fue su bandera durante la campaña política de 2006, en términos de empleo Felipe Calderón deja un saldo negativo. INEGI reporta para mayo de 2012, una tasa de desocupación entre la población económicamente activa del 5%. Si bien se muestra una recuperación tras la crisis de 2009, las cifras de desempleo son superiores a las reportadas al inicio de su mandato. Queda para el próximo presidente como una tarea pendiente la generación de mayores y mejores empleos, especialmente para los jóvenes.

 

Reservas internacionales y deuda externa pública. Ahora, hablando de otras cifras macroeconómicas, uno de los indicadores más importantes para los países son los montos de las reservas internacionales. En este rubro, el Banco de México ha venido reportando récords históricos de incrementos semanales a lo largo del año, de modo que al 29 de junio de 2012, las reservas internacionales de México se sitúan en 157 mil 337 millones de dólares.

 

Esta cantidad puede parecer demasiado alentadora; sin embargo, vale más situarla en contexto, por ejemplo, comparando el monto que las reservas internacionales representan en relación con la deuda externa pública. Como se observa en la Gráfica 1, al año 2011 no sólo las reservas internacionales se encuentran en su máximo histórico, sino que también la deuda pública externa presenta cifras récord al situarse en 116 mil 420.2 millones de dólares. Este último dato representa 82% de las reservas internacionales, una proporción muy semejante a la de 2006 (81%), cuando Vicente Fox terminó su mandato como Presidente de la República.

 

Petróleo. En lo que respecta a las exportaciones petroleras, éstas han presentado buenos números desde el 2011, acompañadas por las súbitas alzas en los precios, los cuales por primera vez rompieron la barrera de los 100 dólares por barril. Aunque estos números pueden otorgarnos confianza, la inercia de los precios internacionales del hidrocarburo nos recuerda la importancia de diversificar las exportaciones, tendiendo a ser un país menos dependiente de las ventas del petróleo. La balanza de pagos mexicana tiende a presentar déficit siempre que se excluyen los ingresos por exportaciones petroleras.

 

PIB per cápita e inversión extranjera. Las cifras de inversión extranjera suelen ser confusas como termómetro económico, tomando en cuenta que incluyen al capital especulativo. En términos comparativos a nivel de Latinoamérica, durante el 2011, Brasil captó más del triple de inversión extranjera directa que México (66,660 mdd vs. 19,554 mdd). Por otro lado, el PIB per cápita de México en el año 2011 fue de 10 mil 64 dólares, recuperando su nivel tras los embates de la crisis de 2009. La buena del día: de acuerdo a los círculos especializados, se esperan aumentos más allá de lo previsto para el Producto Interno Bruto de México en lo que resta del año.

 

Todo indica que las variables macroeconómicas se mantienen en orden, por lo que no existen motivos de alarma, sin embargo, los efectos de la crisis europea aún no son del todo previsibles y los precios del petróleo van nuevamente a la baja. El próximo gobierno deberá mantener las condiciones de equilibrio económico, procurando el sobreendeudamiento. En vísperas de la sucesión presidencial y con nuevos bríos, por todos lados se entona la misma canción: “las reformas estructurales”.

 

 

 

* Maestro en Ciencias Sociales por el Colegio de Sonora y coordinador del área de análisis político en Contorno, Centro de Prospectiva y Debate. aespinosagr@gmail.com

 

 

Fuentes:

http://www.inegi.org.mx/sistemas/bie/

http://www.banxico.org.mx/SieInternet/consultarDirectorioInternetAction.do?accion=consultarCuadro&idCuadro=CE101&sector=1&locale=es

http://www.mexicomaxico.org/Voto/PetroCrudo.htm

http://datos.bancomundial.org/indicador/NY.GDP.PCAP.CD

http://www.unctad-docs.org/files/UNCTAD-WIR2011-Full-en.pdf

 

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