El presidente francés, Emmanuel Macron, advirtió a los políticos libaneses de que se arriesgan a recibir sanciones si no cambian el rumbo del país en los próximos tres meses, aumentando así la presión para que se realicen reformas en un estado que se derrumba a causa de la crisis económica.
En su segunda vivista al Líbano en menos de un mes, Macron celebró el centenario del país plantando un árbol de cedro, el emblema de una nación que se enfrenta a su mayor amenaza desde la guerra civil de 1975-1990.
“Es la última oportunidad para este sistema”, dijo Macron a POLITICO el lunes, durante su viaje a Beirut.
“Estoy llevando a cabo una apuesta arriesgada, soy consciente de ello (…) Pongo sobre la mesa lo único que tengo: mi capital político”, agregó.
Macron dijo que buscaba “compromisos creíbles” y un “exigente mecanismo de seguimiento” por parte de los líderes del Líbano, incluyendo la celebración de elecciones legislativas en los próximos 6-12 meses.
Si no se llevan a cabo profundos cambios en los próximos tres meses, el país podría enfrentarse a medidas sancionadoras, como el bloqueo del dinero destinado al rescate económico o medidas contra la clase dirigente, explicó el presidente galo a POLITICO.
El lunes, horas antes de la llegada de Macron, el que hasta entonces había sido embajador del Líbano en Alemania, Mustapha Adib, fue designado primer ministro tras el consenso alcanzado entre los principales partidos del país. Un acuerdo impulsado, en gran medida, por el presidente francés durante el fin de semana.