Armenia señaló la víspera que un caza F-16 turco derribó uno de sus aviones de guerra sobre el espacio aéreo armenio este mismo martes, matando al piloto, lo que Ankara calificó de inmediato como una acusación”absolutamente incierta”, y es que un incidente de este tipo implicaría una gran escalada del conflicto en la región del Cáucaso Sur.
Turquía es un aliado cercano de Azerbaiyán, que está combatiendo con fuerzas étnicas armenias en una nueva escalada del antiguo conflicto sobre el territorio de Nagorno Karabaj.
Una portavoz del Ministerio de Defensa de Armenia dijo que su caza Sukhoi Su-25 estaba en una misión militar cuando fue derribado por un F-16 de la fuerza aérea turca.
El director de comunicaciones de Turquía, Fahrettin Altun, dijo que “Armenia debería retirarse de los territorios bajo ocupación en lugar de recurrir a baratos trucos de propaganda”.
El Ministerio de Defensa de Azerbaiyán también negó que un avión de combate turco haya derribado un avión armenio.
Se ha informado de decenas de muertos y cientos de heridos desde que el domingo comenzaron los enfrentamientos entre Azerbaiyán y el enclave montañoso de etnia armenia de Nagorno Karabaj, que escalaron rápidamente hasta convertirse en los peores combates desde los años 90.
Nagorno Karabaj es una región secesionista que está dentro de Azerbaiyán, pero es administrada por personas de etnia armenia y cuenta con el apoyo de Ereván. Se separó de Azerbaiyán en una guerra en los años 90, pero ningún país la reconoce como una república independiente.
Una guerra total podría arrastrar a las principales potencias regionales, Rusia y Turquía. Moscú tiene una alianza defensiva con Ereván, mientras que Ankara respalda a Bakú, donde la mayoría es de etnia turca.
El Kremlin dijo antes que Rusia está en constante contacto con Turquía, Armenia y Azerbaiyán por el conflicto. Cualquier mención de proporcionar apoyo militar a los bandos opuestos sólo añadiría combustible al fuego, dijo.
ONU muestra preocupación
La Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, expresó su preocupación por la reanudación de las hostilidades entre Armenia y Azerbaiyán en la línea de contacto de Nagorno Karabaj e instó a establecer un alto el fuego inmediato.
“Estoy consternada por las informaciones respecto a los muertos y a los heridos civiles, así como por la destrucción de propiedades e infraestructuras civiles. Hago un llamamiento a todas las partes a que respeten tanto la ley internacional de derechos humanos, y a que protejan a la población civil”, reclamó Michelle Bachelet.
LEG