Nada de tranquilidad, con la temporada de la NHL concluida en la burbuja canadiense y la de la NBA por terminar en la de Orlando, vienen instantes de tensión para el deporte estadounidense.
Porque, como los expertos advirtieron y los inexpertos no quisimos creer, la pandemia se alarga. De forma tal que sigue hoy siendo complicado formular planes de cara al primer semestre de 2021, ya no decir para el cierre de este fatídico 2020.
La NBA, que recién comenzará la disputa de su serie final, tendría que iniciar una nueva temporada en octubre de este año, lo que ya está del todo descartado, planteándose la Navidad como fecha tentativa de lanzamiento. Por su parte, la NHL que recién coronó al Tampa Bay Lightning como campeón de la Stanley Cup, enfrenta un caso parecido, de momento pospuesto el nuevo arranque a diciembre.
A partir de eso surgen muchas interrogantes. Estas dos ligas han hecho enormes esfuerzos por concluir pese al covid-19, encerrándose la de hockey sobre hielo en dos ciudades canadienses (Edmonton y Toronto) y la de basquetbol en Orlando. Eso ha elevado exponencialmente sus gastos de operación y salubridad, mientras que les ha obligado a renunciar a ingresos por asistencia de aficionados. Partiendo de la idea de que peor era nada, los dos certámenes han subsistido como se ha podido, mas no quieren ni pensar en si debieran volver a hacerlo.
Como referencia, la NFL ha dejado que cada estado decida si su respectivo equipo puede vender aforo y en qué porcentaje de las gradas. Si en la semana 1 apenas eran cuatro, yendo del 25 al 7 por ciento, en la semana 3 no ha variado demasiado el panorama. El común de los equipos espera que, conforme avance la temporada, las restricciones se aligeren por toda la Unión Americana, pese a que la realidad exhibe un rebrote que acaso da para pensar en todo lo contrario, en mayor inflexibilidad.
Otra diferencia respecto a la NFL es la constancia con la que las otras tres grandes ligas estadounidenses juegan y la cantidad de traslados que eso implica. Si en el futbol americano la temporada regular es de 16 juegos por franquicia (ocho en casa, ocho fuera), en Grandes Ligas suele ser de 162 al tiempo que en NHL y NBA de 82.
La NBA ya sabe que su calendario 2020-2021 será más corto, establecido que tendrá un campeón en junio. Eso lo agradece el olimpismo que desde Barcelona 1992, cuando se abrió a basquetbolistas profesionales, ha visto a esta disciplina elevarse a una de las más taquilleras en los Juegos de Verano. Un tema que, a su vez, tuvo sin cuidado a la NHL en los Juegos de invierno de PyeongChang 2018, mas existe la promesa de que los ases del hockey sobre hielo sí serán elegibles para los Olímpicos invernales de Beijing 2022, lo que obliga a un ajuste de agendas.
Demasiados temas, demasiados intereses, demasiada urgencia por volver a facturar en todos los rubros… y, más de medio año después del parón de NBA y NHL, aún demasiada incertidumbre.
Twitter/albertolati