Los resultados de la encuesta de reconocimiento que realizaron las casas demoscópicas en el proceso para renovar la dirigencia nacional de Morena resultaron un golpazo seco para el ala ultra del partido.
Primero, porque quien se presentaba como el símbolo de la base militante fue contundentemente rechazado. Gibran Ramírez estuvo muy lejos de ser reconocido por la sociedad, a pesar de ser uno de los cuadros más “conocidos” de los extremistas de Morena.
Y peor su campaña post descalificación, echando pestes en contra del INE y de sus compañeros de partido, en la que intenta martirizarse. Ramírez no tiene las simpatías que creyó tener por su participación en los medios tradicionales de comunicación y no generó ninguna emoción en quienes respondieron la encuesta, por eso está fuera de la contienda.
Otro de los representantes de la ultra, que a mi me sorprende que esté ahí, es Porfirio Muñoz Ledo. El experimentado diputado quiso afianzar su candidatura con golpes bajos al canciller Marcelo Ebrard, a quien amenazó con expulsarlo del partido si llegaba a la presidencia.
Porfirio se olvidó de lo que les dijo a sus compañeros diputados cuando le permitieron hacer una reserva en una discusión en San Lázaro: “la hipocresía y el doble lenguaje no caben en la 4T… me voy de aquí y no les dejaré pasar una más ¡hipócritas!” dichas cuando sus compañeros no le permitieron una reserva en la discusión de una propuesta en la Cámara de Diputados.
Otro de los blancos que los extremistas fustigaron fue al titular de la Consejería Jurídica del presidente López Obrador. ¿Qué tiene que ver Julio Scherer en los asuntos del partido? Nada, aunque la ultra, sin control de sus pasiones humanas, ven y crean enemigos en donde no los hay.
La derrota de Gibran, los exabruptos de Muñoz Ledo, los ataques al canciller y al consejero jurídico vienen de un mismo flanco, el de la extrema morenista. Y es que ya sienten que el “poder” que creen tener se les puede ir y, con ello, la supresión del acceso a los recursos del erario. Eso es lo único que les preocupa, el dinero y el poder, no el proyecto del presidente Andrés Manuel López Obrador para llevar a México a una Cuarta Transformación.
@Fercoca