En la Consejería Jurídica de la Presidencia, que encabeza Julio Scherer Ibarra, se quedaron con cara de ¿what? ante las versiones que señalan a la secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, como la responsable de algunos obuses mediáticos que ha recibido el consejero presidencial.

Cierto o no, el hecho irrebatible es que Scherer tiene mucha más influencia y cercanía con López Obrador que la Secretaría de Gobernación, a quien le estallan un día sí y otro también conflictos políticos y sociales que no ha podido resolver.

El tema de la disputa por el agua entre Chihuahua y el Gobierno federal es un asunto en el que, tratándose de temas de seguridad interna, Sánchez Cordero debería tener mayor participación y no dejar toda la carga -y el protagonismo, por supuesto- al canciller Marcelo Ebrard.

El bloqueo de las vías del tren por los yaquis en Sonora y la CNTE en Michoacán, son también conflictos que se resolvían en la Secretaría de Gobernación.

Igualmente se ha dejado crecer la inconformidad -en miles de casos justificada- de las mujeres que buscan llamar la atención de la autoridad por los abusos y violaciones que han sufrido en sus derechos humanos.

No hay mediación y si la hay, ésta arroja resultados mediocres para el país y para el propio López Obrador.

Los conflictos sociales crecen; la pandemia dejó de ser un asunto estrictamente médico para convertirse en político y siguen sin atenderse los efectos políticos y sociales de la inseguridad.

La secretaria Sánchez Cordero ha sustituido su actuar con el envío de tuits sobre temas que lastiman profundamente a la sociedad mexicana, como el de los feminicidios o las marchas de las mujeres que exigen atención.

Se creía que, por ser exmiembro de la Suprema Corte, sería interlocutora entre el Gobierno de la 4T y el Poder Judicial y no lo ha sido; el papel ha sido desempeñado por Scherer.

Ni siquiera en el tema de la despenalización del uso lúdico de la marihuana, en la que ella estuvo a favor y cuya iniciativa en sentido positivo salió de su despacho, ha progresado en el debate nacional.

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Morena retiró el transitorio con el que proponía que se extinguiera el Fondo de Salud para el Bienestar, con lo que se destrabó la discusión sobre la desaparición de 109 fideicomisos.

Pero el hambre de los diputados de Morena y sus rémoras por los recursos del fondo sigue ahí.

De hecho, el coordinador de los diputados, Mario Delgado, anunció que en breve su bancada presentará una iniciativa de reforma a la Ley General de Salud para que la Secretaría del ramo pueda hacer uso de los 101 mil millones de pesos del Fondo “para la compra de vacunas contra el Covid-19’’.

Mmmm, pues no hace mucho el presidente López Obrador dijo que había una bolsa garantizada de 20 mil millones de pesos para las famosas vacunas.

¿Entonces?

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Por cierto, ¿alguien de ustedes conoce, sabe, ha escuchado, se enteró, lo vio en redes o por otro medio, si alguno de los 100 ganadores de la rifa-no-rifa del avión-no-avión cobró ya su premio de 20 millones de pesos?

La pregunta viene al caso por que, a tres semanas del sorteo no se ha publicitado en la Mañanera la entrega de los premios.

Igual se los dan en abonos chiquitos o de plano no se pagarán hasta que se resuelva la disputa jurídica por los 2 mil millones de pesos entre el Instituto para Devolver al Pueblo lo Robado y la Fiscalía General de la República, pleito que reveló en su carta de renuncia Jaime “El apestado’’ Cárdenas.

LEG