Escribía la semana pasada en este espacio, con motivo de la propuesta de desaparición de no sé cuántos fideicomisos, confirmada ayer por los diputados -ya saben que semper fidelis–, que no había nada que lamentar. Que son quejas de los machuchones, de los chayoteros, de los que no supusieron que revisarían sus privilegios y ahora los perdieron. Bueno, nuestro Presidente, Padre de Pueblos, Primer Promotor de la Cultura y de la Ciencia No Neoliberales, no tardó en confirmar que, en efecto, nada hay que lamentar, no, por principio de cuentas, en lo que respecta justamente a la ciencia, la cultura, las artes. Que en esa cabeza prodigiosa, ese cerebro de excepción que tiene soluciones a literalmente todo –¿se imaginan, por ejemplo, lo bien que estaríamos si escucháramos sus consejos de salud?–, ya había un Plan B que era mucho mejor que el Plan A, el neoliberal.
El Plan B consiste en que dos personas, suponemos que por el mismo sueldo que cobran en la administración pública, tomen todas las decisiones en esos ámbitos: José Álvarez Lima, director de Canal Once, “revisará” todo lo que tenga que ver con cultura, sí, pero también con la educación y el deporte. En cuanto a la ciencia y la tecnología… ¡Acertaron! ¡Elenita Álvarez-Buylla! Sí: el espíritu Conacyt se extiende por el suelo patrio.
Respecto a Álvarez Lima, solo una observación. Ya que su trabajo en el Once quedó hecho y consagrado –¿qué más se le puede pedir, cuando ya tenemos el programazo de John Ackerman y Sabina Berman y el de Gibrán Ramírez?–, podemos asignarle más responsabilidades. ¿Por qué a la cultura, la educación y el deporte, señor Presidente, no le sumamos, por ejemplo, el turismo y la protección a periodistas? Digo, por lo de la austeridad republicana.
Respecto a Elenita, nada que apuntar. Impecable como es, ya dejó claro que la lana para la ciencia se seguirá yendo a la ciencia, o sea… al Tren Maya y a Jóvenes Construyendo el Futuro. Confío en que le quede un extrita para proyectos de ciencia no neoliberal, como, no sé, la promoción del temazcal como antídoto contra el Covid, o la creación de una academia de danzas de la lluvia para remplazar los cultivos transgénicos, que, según sabemos, cargan la semilla del diablo.
Me hubiera gustado hablar del caso del cine. Por falta de espacio, solo puedo decir que menos mal que los legisladores no atendieron a la carta firmada por los del gremio. Qué sorpresota, ¿no? Es que esto ya cambió. Sonrían: con suerte, mañana tienen que negociar con Epigmenio Ibarra.
@juliopatan09