Alonso Tamez

El 18 de octubre, el PRI derrotó de manera clara a MORENA en Coahuila e Hidalgo. Pero la elección de 2021 no será igual de fácil para la oposición, por tres razones.

La primera: el dinero. La del 6 de junio de 2021 será la elección más grande en la historia, tanto por número de cargos en juego, como por electores en la lista nominal. Entre los cargos en disputa estarán 500 diputaciones federales, 15 gubernaturas, así como 1,063 diputaciones locales y 1,926 alcaldías en 30 estados.

Por lo mismo, la “inversión” que hará el gobierno federal para movilizar el voto y apoyar a los candidatos morenistas —y aliados—, será enorme. AMLO sabe que los comicios que importan, sobre todo para mantener su mayoría constitucional —la espina dorsal de su poder—, son los de 2021. Ahí se verá todo el empuje institucional y financiero del obradorismo, cuya meta será aplastar a los rivales.

La segunda: la consulta popular de agosto de 2021. Aunque no será una consulta para “enjuiciar expresidentes”, sino para el “esclarecimiento de decisiones políticas tomadas en años pasados” —por lo que incluye al gobierno actual—, AMLO y MORENA mentirán diciendo que sí es para encarcelar a los exmandatarios.

Por otro lado, no importa que la consulta —1 de agosto— sea casi dos meses después que la elección del 6 de junio. Lo importante es que le dará la excusa perfecta a AMLO para: 1) emprender una campaña publicitaria de 8 mil millones de pesos contra sus adversarios políticos; y 2) meterse de lleno en la elección con el pretexto de “promover la participación” en la consulta, que será 7 semanas después.

Y la tercera: MORENA ya tiene un dirigente estable. Si bien no podemos descartar una fractura grave en MORENA por el reparto de candidaturas, el hecho de que Mario Delgado ya esté “bien sentado” en la silla guinda, le permitirá al partido de AMLO disciplinarse y unirse, al menos hasta pasada la elección.

Si Delgado hace un trabajo fino para cicatrizar la herida e incluye en parte de los espacios a los perdedores —al grupo de Claudia Sheinbaum, esencialmente—, podría garantizar la unidad del partido y complicarle la elección a la oposición.

Estos y otros factores, como si MORENA escoge a perfiles populares y socialmente respaldados para las gubernaturas, harán de 2021 un año muy distinto a 2020, en términos electorales. No caigamos en la trampa: la oposición no se puede confiar.

@AlonsoTamez