José Ureña

Debe ser su plataforma de lanzamiento.

Porque el afecto presidencial lo tiene desde 2000, cuando fue llamada a hacer las grandes obras del entonces Distrito Federal.

Lo confirmó en 2017, cuando contra los pronósticos desplazaron a Ricardo Monreal para hacerla candidata a jefa de Gobierno.

Por si fuera poco, le mandaron a la persona de máxima confianza en Palacio Nacional, Rosa Icela Rodríguez, para poner orden en la capital.

Durante la pandemia, ha tenido autonomía para tomar decisiones aun a costa del desprestigiado discurso del subsecretario Hugo López-Gatell.

Por si fuera poco, en adición, a lo largo del primer bienio del sexenio la han colmado de elogios ante cualquier caída en las encuestas o cuestionamiento por sus acciones.

Ahora, sin Rosa Icela de escudo, ella ha tenido libertad para seleccionar a su secretario de Gobierno, su compañero de lucha Alfonso Suárez del Real.

Y ahí va, cada día con mejor imagen y sube más en las encuestas para satisfacción suya y de su mentor.

Pero no es todo.

SUS NÚMEROS DIRÁN

Ahora Claudia Sheinbaum debe volar sola.

Y volar muy alto y convincente si quiere la candidatura presidencial del 2024 por encima de sus otros contendientes.

Usted los conoce: el canciller Marcelo Ebrard en primera instancia y el líder senatorial Ricardo Monreal a distancia.

Debe superar incuestionablemente al primero, porque al segundo puede llevarlo de compañero de viaje como candidato a la Jefatura de Gobierno.

Sí, sucesor suyo en la Ciudad de México… o voltearán a ver a Mario Delgado.

Para ello ha recibido de ya saben quién libertad total para operar la elección intermedia de su jurisdicción en el 2021.

Tarea simple y, no es oxímoron, enorme: ganar con holgura y sin sombras 30 diputaciones federales, 16 alcaldías, el control del Congreso local…

Claudia Sheinbaum ha decidido no confrontar al INE (el local poco cuenta).

Por ello busca equidad absoluta: en todas las candidaturas, tantos hombres como tantas mujeres y san se acabó.

En esas está.

EBRARD JUNTO A BIDEN

1.- El mundo y los mandatarios democráticos han saludado el triunfo de Joe Biden.

A ver cuándo lo hace ya saben quién a nombre de México y él sabrá si interpreta el mensaje de Jeffrey Davidow.

Mientras tanto, he aquí unos datos:

Cuando Marcelo Ebrard vagaba exiliado y por instrucciones superiores estableció contacto con la campaña de Hillary Clinton.

Pero cuando se perfilaba la derrota de Donald Trump, los recuperó para no sufrir venganzas.

De lo primero informamos en 2016 porque el entonces aspirante a presidente mexicano simpatizaba con la esposa de William Clinton.

Hoy damos otro adelanto: pronto habrá noticias, salutación presidencial al ganador, viaje del canciller a Washington e invitación al nuevo mandatario.

Y 2.- La dirigencia panista busca un externo para candidato en San Luis Potosí.

Ajeno a ese esfuerzo, el senador Marco Gama ya se registró como aspirante con el doble de las firmas solicitadas en la convocatoria.

Y algo más: con simpatizantes de 48 de los 58 municipios potosinos, prueba de su popularidad y lo cual dificultará su desplazamiento.

LEG

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