Sin dejar de juzgar el trabajo de los medios de comunicación y nula autocrítica frente a la cifra de más de 100 mil decesos por el Covid-19, el presidente Andrés Manuel López Obrador presumió que su conocida conferencia La Mañanera llegó a la edición número 500.
Desde el 3 de diciembre de 2018 y de 7:00 a 9: 00, aproximadamente, el morenista tiene la atención de los reporteros que cubren sus actividades, en tanto su conferencia se replica en la mayoría de los medios de comunicación nacionales con reproducciones en vivo íntegras.
Hoy, presumió que dicha atención la ha prolongado hasta 3 horas con 13 minutos, como fue la conferencia del pasado 11 de noviembre, en tanto la más corta fue la del 11 de marzo de 2019, que duró sólo nueve minutos. Ese día, únicamente informó del decreto para desaparecer al Centro Penitenciario de las Islas Marías, pues después daría su informe de 100 días.
El Presidente ha reconocido que la conferencia se prolonga porque él no habla de corrido; sin embargo, hay invitados que abusan del micrófono, como lo hace cada martes el subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, Hugo López-Gatell.
Martes del Pulso de la Salud, en el que el otrora ‘rockstar’ del gabinete se llevó 46 minutos para explicar su carrusel del estatus de la epidemia de Coronavirus (Covid-19) estado por estado, el cual bien podría resumir.
La actuación de López Gatell reflejaba hastío en el secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, quien esperaba su turno para hablar mientras miraba de forma fija hacia la nada abrazando sus folders. De repente, se entretenía hablando con el secretario de Salud, Jorge Alcocer.
Al minuto, 72 el Jefe del Ejecutivo acusó amarillismo por parte de los medios de comunicación porque a diario manejan una cifra actualizada sobre los casos de Covid-19 en México.
“El dar cifras se presta al tráfico con el dolor humano, incluso hasta con propósitos políticos para demeritar el trabajo de los gobiernos, en el caso de nosotros es evidente. Como la mayoría de los medios de comunicación dejó de recibir las cantidades de dinero que se les entregaba anteriormente, están molestos, se aprovechan de esta circunstancia para hacer amarillismo en el periodismo”.
Acusó al diario español El País por haber preparado con anticipación un reportaje sobre la cifra de 100 mil muertos, que tituló “Radiografía de un país roto”: “Es ver la paja en el ojo ajeno y no la viga en el propio”.
Al minuto 134, el Presidente pidió al vocero exhibir en pantalla, la cual por cierto presentó fallas y no ha estado presente desde La Mañanera 1, un mensaje de Twitter de un columnista de El Universal (o el Reforma II, como lo rebautizó) para desmentirlo.
En la exhibición, el malo de la historia fue el columnista Héctor de Mauleón, en tanto el bueno fue el integrante de Morena y colaborador de la Jornada, Pedro Miguel, quien dio réplica al mismo mensaje.
El mandatario pidió a López-Gatell “responder medicamente” al tuit donde se aseguraba que una persona con nivel de oxigenación 20 no fue atendida en el Instituto de Enfermedades Respiratorias, situación que explicó el subsecretario no sería posible pues ese nivel de oxigenación “es incompatible con la vida”.
La tercera intervención de López-Gatell, quien en la segunda se tomó tiempo para especificar que hablaba de vacunas de humanos y no de animales, tampoco causó gracia en Marcelo Ebrard, pues su lenguaje corporal lo hizo lucir listo para huir, en tanto el movimiento de sus dedos de la mano derecha mostró ansia.
La Mañanera 500 incluyó la participación de un pseudoreportero de Campeche, quien manifestó placer por conocer al Presidente en persona, y quien reprodujo un audio de sus paisanos de Tabasco que le piden que no los deje desamparados ante las inundaciones de los últimos días.
Esta edición, de la que se congratuló el mandatario, cerró en 2 horas 34 minutos, y sin ninguna autocrítica sobre los más de 100 mil fallecimientos por Covid ni explicación de cómo será la estrategia para ya no aumentar esa cifra.
MGL