En toda Europa, y para evitar el uso del transporte público y no exponerse a posibles contagios de Covid-19, la gente está comprando auténticas cafeteras con ruedas y chatarras ambulantes, desesperados por evitar los autobuses y los trenes, pero reacios a derrochar ahorros en un motor nuevo y brillante en tiempos económicos inciertos.
“El transporte público es estupendo aquí, pero con la pandemia es mejor evitarlo”, dice Robert Pérez, quien se mudó a la capital de España, Madrid, desde Argentina.
Pérez, ingeniero del sector automovilístico de 33 años que busca trabajo, compró un Seat Toledo rojo de 2001 por 2 mil euros en OcasionPlus, una empresa española de coches usados que ha abierto cuatro nuevos lotes por aumento de la demanda.
Los datos proporcionados por la empresa de investigación IHS Markit y la empresa online AutoScout24 mostraron que ha habido un aumento en las operaciones con coches viejos en Europa, así como un repunte en las búsquedas web de autos viejos.
El aumento del interés en los automóviles usados no es una buena noticia para unas redes de transporte público en apuros ni para el medio ambiente, ya que los coches viejos tienen más demanda que los eléctricos.
A largo plazo, se espera que el paso del transporte público a la “movilidad individual” en la era postpandemia ayude a los fabricantes, que sufrieron la caída de 27% en las ventas en Europa en los primeros 10 meses de 2020.
LEG