México está en alerta por Covid-19, esa es la nueva retórica de los funcionarios de la Cuarta Transformación, para evitar reconocer que estamos en semáforo color rojo que representa máximo riesgo epidemiológico, ante el incremento acelerado de contagios, hospitalizaciones y defunciones.

El subsecretario de Salud, Hugo López-Gatell, hizo -una vez más- uso de sus dotes de orador, para dar a conocer el nuevo estatus del país y evitar mencionar la palabra “rojo”, ante las implicaciones sociales, económicas y políticas que esto conlleva; o bien quizá sólo para no contradecir a su jefe: el presidente López Obrador.

Pareciera que las mismas autoridades de salud, tampoco pudieron medir las consecuencias de imponer un semáforo epidemiólogo que desde hace semanas no se respeta y que incluso algunos gobernadores, en su momento, acusaron de utilizarlo políticamente para evitar que sus estados reactivaran su economía.

El instrumento de medición de alerta por colores, fue entonces un balazo en el pie para la Cuarta Transformación, pues a pesar de que sus indicadores ya están en niveles máximos, se han arriesgado -en aras de un equilibrio entre la crisis económica y la sanitaria- a no imponer el color rojo y volver a un confinamiento mayor; es decir, el semáforo desapareció.

Es cierto que cerrar comercios en estos momentos, ocasionaría graves consecuencias económicas para millones de trabajadores y empresarios del ramo, pero también es cierto que la autoridad ha solapado que no se respeten las medidas sanitarias prácticamente en sus narices.

Basta ver cómo ha estado la afluencia de personas que sin temor alguno al virus SARS CoV2, han acudido en las últimas semanas a abarrotar las calles del Centro Histórico; sí, justo detrás de Palacio Nacional donde vive y despacha el presidente y a unas calles de las oficinas de la Jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum.

Es cierto que la responsabilidad de cuidarnos es de cada uno de nosotros, pero un llamado claro y contundente de las autoridades, serviría para que el pueblo bueno y sabio, dejara de hacer reuniones y compras no esenciales saturando tiendas, como si la pandemia no existiera.

Y en Pregunta Sin Ofensa:

Morena en el Senado, aprobó reformas a la Ley del Banco de México que, bajo el argumento de ayudar a los migrantes, lo “obligan” a incluir en las reservas internacionales, los dólares que no puedan cambiar los bancos; pero advierten que hubo cabilderos del Grupo Salinas detrás de esta iniciativa ¿Será que ahora los migrantes se llaman Banco Azteca?

 

DAMG