“Todas las actividades son esenciales desde el momento que hay familias y uno como mesero vive de las propinas, entonces con este cierre, que ya es el segundo, nos descansan… es bien complicado llegar a fin de mes”, relata Miguel, mesero de un restaurante en las inmediaciones de Reforma y Palmas.
Miguel quien lleva dos años trabajando en el establecimiento, comenta a 24 HORAS que la situación lo ha orillado a vender tacos junto con su esposa para mantener a sus dos niños.
Comenta que en abril cerraron y reiniciaron labores en julio, “esos meses fueron durísimos, ahora cerramos nuevamente, es letal, una crisis complicadísima; para poder comer empezamos a endeudarnos”.
Cuestionado por el día de Reyes, señaló que pidió prestado a sus amigos para que sus hijos de seis y ocho años la pasen lo mejor posible con todas las carencias.
“Esperamos que el siguiente año esté mejor, de lo contrario me emplearé en otros dos trabajos; en mi caso trato de hacer todo lo que me corresponde para cuidarme y la gente que padezca Covid ojalá que cumplan con su período de estar guardados, para que deje de propagar el virus y las actividades puedan restablecerse lo más rápido posible”.
Al respecto, Francisco Fernández Alonso, presidente de la Cámara Nacional de la Industria de Restaurantes y Alimentos Condimentados (Canirac), expresa que en la Ciudad de México las pérdidas en el sector, por día, oscilan en 123 millones de pesos.
“Si nosotros abrimos el 10 de enero al final habrán cerrado el 22% del gremio. Con esta medida nos agarraron en curva porque no lo sabíamos. Ahorita lo que está pegando es la incertidumbre, desolación no sabemos a ciencia cierta si vamos a regresar en esa fecha es como si estas levantando vuelo y de pronto llega una ráfaga pues hace mucho daño”, destacó.
AR