El uso de cubrebocas sigue siendo una de las principales recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para limitar la propagación del virus SARS-CoV-2.
Liderados por el profesor Miguel Huerta Gutiérrez, los estudiantes del ITESO Andrea Zúñiga, de Ingeniería Industrial; César Iván Velarde y Oliver Mederos, de Ingeniería Mecánica; Brenda Paulina Ramírez y Elena Michelle González, de la Licenciatura en Diseño, desarrollaron como parte de su Proyecto de Aplicación Profesional (PAP) el cubrebocas incluyente Brankia, mismo que está listo para su distribución y venta en enero de 2021.
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Un comunicado del ITESO señala que el cubrebocas es incluyente porque el material utilizado es transparente, lo cual permite que se pueda ver la boca del usuario y facilitar que personas con discapacidad auditiva puedan leer los labios.
De acuerdo con la Universidad, tras exhaustivas pruebas relacionadas con la eficiencia de materiales, ergonomía y sustentabilidad, el equipo propone un cubrebocas transparente, lavable, fácil de colocar y diseñado para ajustarse a la talla promedio de los mexicanos.
“Elaborado a partir de PVC flexible, cuenta con dos filtros intercambiables que retienen hasta 95% de las partículas aéreas. Para el uso óptimo del cubrebocas estos filtros deben reemplazarse cada 72 horas, explica el profesor Huerta Gutiérrez. Un filtro, a diferencia de una válvula, impide la entrada y salida de partículas”.
A diferencia de la mayoría de las mascarillas disponibles en el mercado, Brankia no necesita utilizar las orejas como soporte, por lo que resulta “mucho más cómodo que los cubrebocas normales”, añade el profesor. Otro diferenciador es que con su uso no se empañan los lentes.
“El producto es de manufactura local, lo cual reduce la huella de carbono porque no tendremos que preocuparnos por la transportación”, agregó Huerta.
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Aunque el ITESO señala que Brankia no es apto para actividades que requieran altas demandas de oxígeno, como el ejercicio. Además tiene un tratamiento antiempañante, efecto que se puede mantener después de cada lavado si se unta el cubrebocas con una solución compuesta por una parte de champú de bebe y tres partes de agua.
“Ha habido interés de muchos países por comercializarlo. Es un producto que llegó para quedarse”, dijo Miguel Huerta. Además en una próxima etapa se buscará que el cubrebocas obtenga los máximos niveles de certificación para que sea apto para su uso en el sector médico.
El paquete de Brankia que estará a la venta en enero incluirá dos portafiltros, dos bandas elásticas y tres pares de filtros. Por separado podrán adquirirse filtros adicionales a bajo precio.
AR