La opción de estudiar a crédito existe, aunque no es para todos. Cada año 1.2 millones de jóvenes se quedan fuera de las universidades públicas, sin embargo el acceso a dichos programas está limitado por la capacidad económica de las familias para asumir un compromiso financiero de largo plazo.

 

“Es como si tomáramos un préstamo fuerte para una casa, un auto o un crédito hipotecario, son de largo plazo y los intereses son considerables (…) es también como lo pueda manejar una persona, es un crédito a largo plazo, porque se supone que estos programas se empiezan a pagar después de cierto tiempo de haber egresado”, señaló Armando Alcántara, del Instituto de Investigación Sobre la Universidad y la Educación (IISUE).

 

En enero pasado, el presidente Felipe Calderón lanzó a través de Nacional Financiera (Nafin)  el Programa de Financiamiento a la Educación Superior, que en su primera etapa se propone apoyar a 25 mil alumnos a través de un fondo de garantía para que los bancos otorguen créditos que van de 215 a 280 mil pesos.

 

De acuerdo con Rebeca Pizano, directora general ajunta de Fomento en Nafin, de febrero al 30 de julio de 2012 sólo se han otorgado mil 645 préstamos, que equivalen a 178 millones de pesos de línea autorizada y su meta para el cierre de este año es de cinco mil créditos.

 

Explicó que el gobierno dio como garantía 100 millones de pesos a las cuatro instituciones financieras que participan en este momento -Santander, Financiera Educativa de México (una Sociedad Financiera de Objeto Múltiple), Afirme y HSBC; aunque entre agosto y septiembre empezarán a ofrecer el crédito dos bancos más, Bancomer y Banorte.

 

Con ese monto de garantía los bancos autorizaron poco más de mil 500 millones de pesos para los 25 mil alumnos a los que se les otorgarán créditos en la primera etapa, meta que según dijo se espera alcanzar a finales de 2013.

 

La funcionaria aclaró que el préstamo no es mayor a 280 mil pesos porque lo que se busca es que el estudiante lo pague al terminar la carrera, utilizando sólo 25% o 30% de su sueldo máximo, y no resulte en una deuda impagable.

 

El crédito universitario tiene un plazo de 15 años y medio; durante sus estudios (los primeros cinco años) el joven paga sólo los intereses a una tasa de alrededor de 10% anual, al término de la carrera tiene 10 años para acabar de pagarlo.

 

Hasta el momento hay 26 instituciones incorporadas al programa, entre ellas se encuentran el Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey, la Universidad Anáhuac, la Universidad del Claustro de Sor Juana, la Universidad del Valle de México, la Universidad Insurgentes, la Universidad Justo Sierra, Universidad La Salle, la Universidad Panamericana y la Universidad Latinoamericana, en sus diferentes campus.

 

Apoyo, para las escuelas privadas

 

Armando Alcántara consideró que se trata de “una política privatizadora, pero no es para privatizar las instituciones públicas, sino para apoyar a las universidades privadas, sobre todo a aquellas que tienen los costos más altos”.

 

El académico de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) opinó que la educación superior de paga en México está representada por un conjunto pequeño, de las cuales “la mayoría es de baja calidad y la mínima parte sí tiene calidad, pero es muy cara”.

 

“Una persona de clase media, media baja no adquiere -estos créditos-, yo creo que más bien va dirigido a aquellos de clase alta que tienen un respaldo mayor”, debido a que el financiamiento sólo cubre 80% del costo de la carrera.

 

De acuerdo con el programa, los requisitos para solicitar el crédito son tener nacionalidad mexicana, haber sido aceptado por la institución educativa, contar con un aval con relación patrimonial, contratar un seguro de vida, no estar fichado negativamente en Buró de Crédito y contar con un promedio mínimo de ocho.

 

El caso de Chile

 

Para el investigador universitario, el modelo propuesto en México está lejos del caso chileno, en donde los jóvenes se quejas del nivel de endeudamiento de los jóvenes para poder pagar sus estudios.

 

“Los chilenos tratan de revertir un modelo que ya tiene tiempo y digamos que se privatizó en un régimen totalmente autoritario, que fue el régimen de Pinochet”; en el país sudamericano, los jóvenes deben pagar cuotas tanto en la universidad pública como privada.

 

 

Un caso hipotético

 

Sandra
Informática 9 semestres
Colegiatura total $230,000
Costo del semestre $25,555
Préstamo (78%) $180,000
Interés anual 12.5%

 

 

 

Banco Universidad
Saldo acumulado del financiamiento Intereses al mes Complemento de pago por colegiatura que debe hacer el estudiante

 

$20,000 $204 Semestre 1 $5,555
$40,000 $416 Semestre 2 $5,555
$60,000 $625 Semestre 3 $5,555
$80,000 $833 Semestre 4 $5,555
$100,000 $1,041 Semestre 5 $5,555
$120,000 $1,250 Semestre 6 $5,555
$140,000 $1,458 Semestre 7 $5,555
$160,000 $1,666 Semestre 8 $5,555
$180,000 $1,875 Semestre 9 $5,555
Seis meses de gracia $1,875 108 pagos mensuales de: $2,784 fijos ($300,672)

 

 

4 millones de lugares demandan cada año los jóvenes

1.9 millones son admitidos en instituciones públicas

900 mil en universidades privadas

1.2 millones se quedan fuera