Aunque el Instituto Federal Electoral sostuvo que las encuestas no fueron determinantes en los resultados de la elección presidencial, la ex titular del Instituto Federal de Acceso a la Información, María Marván, ha sido muy crítica con la forma en que los estudios de opinión fueron usados durante el proceso.
¿QUÉ PASÓ CON LAS ENCUESTAS EN ESTE PROCESO ELECTORAL?
Hay que hacer un análisis serio de lo que pasó en las encuestas, hay evidentemente un error claro en la sobrestimación de un candidato. Hay que reconocer de cualquier manera que el orden de los resultados casi siempre estuvo bien y eso habría que decirlo tal cual.
¿QUÉ PROCESO SE TENDRÍA QUE SEGUIR PARA CALIFICAR EL TRABAJO DE LAS ENCUESTADORAS?
Un análisis serio supone por lo menos tres tipos diferentes de aspectos: en primer lugar, se deben analizar todas y cada una de las encuestas para poder distinguir realmente los errores de buena fe. El análisis del cuestionario es fundamental, cualquier persona que sabe aunque sea un poquito de estadística, entiende que en la forma de preguntar puede estar la respuesta, entonces lingüistas, sociólogos y politólogos tendrán que hacer un análisis de los cuestionarios y determinar cuáles estuvieron bien hechos y cuáles no. La otra forma conocida y reconocida para hacer buenas o malas encuestas tiene que ver con el análisis de la muestra, a quién le pregunto y cuándo le pregunto. Todo esto tiene que estar relacionado con los resultados y la ponderación de los mismos, es decir qué interpretación hicieron las casas encuestadoras con relación a los indecisos y con quienes no contestaron.
Solamente analizando estas partes vamos a poder ver quién se equivocó y en dónde; es muy probable que no todos se hayan equivocado de manera igual, creo que vale la pena decir que la cultura estadística electoral en este país todavía es muy débil, estamos muy poco acostumbrados a hacer análisis estadísticos y tenemos que analizar de fondo para ver quién se equivocó en el qué y en el cómo. Estoy segura que no todas se equivocaron igual. Me parece importantísimo determinar qué parte fue un verdadero error y ver en cuál hay una suerte de manipulación. Lo que digo es que puede existir quien así lo haya hecho y también pudo haber existido alguien que sea muy burro para hacer encuestas.
¿LOS CRITERIOS ACORDADOS POR EL IFE PARA LA PRESENTACIÓN DE ENCUESTAS FUERON LOS CORRECTOS?
Tiene que quedar claro que el IFE no regula a las encuestas, sólo pide a las encuestadoras que entreguen su material para demostrar que está bien hecho. Cuestión aparte es que los ciudadanos no se hayan dedicado a analizar ese material para que ellos mismos, y no el IFE, hubieran determinado cuáles estuvieron bien o mal hechas. No debe ser una autoridad electoral la que determine qué encuestas están bien realizadas, mucho peor sería que el Instituto otorgue permisos para publicar cierta información. El IFE no es el gran censor encuestador, ni debe serlo jamás, bajo ninguna circunstancia. El IFE exige elementos de calidad a las encuestas, las encuestas cumplen o no con ellas y el ciudadano cumple o no con revisar el material que se le entrega.
¿QUÉ PASA CON LAS ENCUESTADORAS QUE NO ENTREGARON AL IFE SUS INFORMES?
Esas encuestas tendrán que ser revisadas y se actuará conforme a la ley, ahí es donde sí puede haber ciertas sanciones por no haber cumplido con la entrega de material. Eso es muy distinto a no haber dicho la verdad. Si incumplen se abre un procedimiento ordinario sancionador y dependiendo de ese análisis, se determina si se le pone una multa u otro castigo, todo depende de los procedimientos.
¿SI EL IFE NO REGULA A LAS ENCUESTADORAS, POR QUÉ SÍ LAS SANCIONA?
Son dos cosas distintas. Una cosa es la obligación de entregar información y otra muy distinta es la obligación de decir la verdad, estamos en dos elementos completamente distintos. El IFE, a fin de garantizar a todos los ciudadanos que las encuestas tienen la calidad necesaria y suficiente para llamarse como tales, les pide que entreguen información a fin de determinar si cumplieron con los requisitos mínimos de un ejercicio científico, y eso es lo que califica. Si no lo entrega, se hace acreedor a un procedimiento sancionador, porque lo que nos están entregando no es un ejercicio científico, sino alguien que tuvo una ocurrencia para que en algún medio de comunicación se publicara una encuesta sin cumplir con los mínimos criterios de la ética periodística y de la ética científica.
¿SERÍA OPORTUNO QUE EL ÁRBITRO DE LA ELECCIÓN PIDA LA NO PUBLICACIÓN DE EJERCICIOS DEMOSCÓPICOS EN EL SIGUIENTE PROCESO ELECTORAL?
Me parecería gravísimo, no sé cómo queremos propiciar una democracia en donde todos los días estamos inventando nuevas restricciones. La libertad de expresión debe llevarnos a donde haya encuestas, no conozco una sola democracia en el mundo que prohíba encuestas. Muchos países autoritarios sí las prohíben, me parece que reconocer que hubo unas mal hechas y otras bien hechas no nos debe llevar a la conclusión de que se deben prohibir, como tampoco podemos arribar científicamente a que las encuestas influyeron en el resultado de la elección.
¿QUÉ RECOMENDACIÓN HARÍA A LA LUZ DE LO QUE SUCEDIÓ CON LAS ENCUESTAS?
Creo que los medios de comunicación tendrán que decidir a quién le compran y a quién no, evidentemente hay unas mal hechas. Creo que los ciudadanos tendremos que decidir a qué medios de comunicación les creemos y a cuáles no. Con esto, los partidos políticos a través del Congreso de la Unión tienen que abrir los medios de comunicación y exigirles que sean más serios.