Más allá de lo que le depare la suerte a Donald Trump en su histórico segundo juicio político esta semana, las probabilidades están muy a favor de la absolución del expresidente estadounidense.
Desde la fundación de Estados Unidos, el Congreso ha imputado a 20 personas, incluido Trump y otros dos presidentes, pero ocho jueces son los únicos funcionarios que han sido condenados en un juicio político y destituidos.
Estos son algunos casos destacados:
Sin compasión por Trump
El congresista estadounidense Alcee Hastings ha tenido la singular experiencia de haber sido imputado y de haber votado en el Congreso de Estados Unidos para imputar a otro funcionario.
Hastings fue juez de Miami hasta 1989, cuando el Senado lo declaró culpable de conspirar para obtener un soborno de 150.000 dólares de dos acusados supuestamente vinculados a la mafia que buscaban una sentencia más leve.
Pero la condena de Hastings, que él impugnó ferozmente, no lo descalificó para postularse al Congreso para representar a un distrito de Florida.
Fue elegido en 1992 y, según reportes, el demócrata de 84 años es ahora el miembro más antiguo de la delegación de representantes de Florida en la Cámara Baja.
Su experiencia no parece haberlo hecho más compasivo hacia Trump: Hastings votó dos veces para imputar al magnate republicano.
Salario en prisión
A pesar de ser declarado culpable de evasión de impuestos en 1984 y sentenciado a dos años tras las rejas, el juez Harry Claiborne se negó a renunciar a su cargo y todavía estaba recibiendo 78.700 dólares al año de salario del gobierno cuando se presentó a prisión.
“Esto colocó al Congreso de Estados Unidos en una posición difícil”, según el sitio web del Senado, que agregó que Claiborne fue acusado, condenado y destituido de su cargo en 1986.
Sin embargo, de ninguna manera fue el final de las décadas de carrera jurídica de Claiborne, quien supuestamente trabajó para Frank Sinatra, Dean Martin, e incluso para el mafioso Bugsy Siegel.
La Corte Suprema de Nevada, donde Claiborne había ejercido la abogacía durante décadas, dictaminó en 1987 que podía trabajar como abogado en el estado.
Marihuana, pozos petroleros, Corte Suprema
En los años 1980, el juez Walter Nixon se hizo con algunos valiosos arrendamientos de pozos de petróleo luego de que el hijo de un rico empresario fuera arrestado por una carga de casi una tonelada de marihuana en Misisipi.
Nixon intervino supuestamente con los fiscales para que se desestimara el caso y ayudar así a su amigo, el empresario.
Después de ser declarado culpable de perjurio y sentenciado a prisión, Nixon fue imputado por el Senado y expulsado del colegio de abogados en 1989.
Pero Nixon, quien protestó por su inocencia, llevó su caso hasta la Corte Suprema afirmando que había sido juzgado indebidamente en el Senado. Los jueces no se inmutaron y dijeron que la Constitución les impedía revisar los juicios políticos.
“Estado de embriaguez total”
La corrupción y la mentira están mal vistas entre los funcionarios judiciales, pero la blasfemia y el alcohol también.
En 1804, el juez John Pickering fue destituido de su cargo por beber en el trabajo y por comportamiento “vergonzoso… y degradante para el honor de Estados Unidos”.
Su imputación, vivamente escrita, lo expresó así:
“En un estado de embriaguez total, producido por el consumo libre e intemperante de licores embriagantes; invocó en ese momento y con frecuencia allí, de la manera más profana e indecente, el nombre del Ser Supremo, para el mal ejemplo de todos los buenos ciudadanos de Estados Unidos”.
aarl