Menos de 5% de los siete millones de pacientes con diabetes cuenta con seguro médico o de vida, debido a las restricciones que imponen las aseguradoras para vender pólizas a este sector de la población.

 

Ricardo Ruiz, director del área de Vida de Seguros Axa, explicó que quienes cuentan con dicha protección la contrataron antes de antes de enfermar. “No es que no quieran comprar un seguro, hay interés por ellos, pero ya no tienen acceso porque la enfermedad está allí y ya no son viables para las empresas”.

 

De acuerdo con el estudio Cambios Epidemiológicos, Costos y Complicaciones de la Diabetes en México: Retos y Sugerencias para el Plan Nacional de Salud 2013-2018, los costos directos por la atención médica y los costos indirectos que ocasiona el padecimiento (discapacidad temporal o permanente, ausentismo laboral o muerte prematura), ascendieron a siete mil 700 millones de dólares en 2011.

 

Del total, tres mil 432 millones de dólares se destinaron al pago de consultas, medicamentos, hospitalización y atención a las complicaciones, y 54% fueron desembolsados por los pacientes que no tienen servicios públicos de salud o un seguro médico.

 

La Fundación Mexicana de la Diabetes estima que el enfermo gasta alrededor de dos mil 220 pesos mensuales en consultas, estudios y medicamentos, que absorben la mitad del presupuesto. Todo esto ocasiona lo que el mismo gobierno federal llama gasto catastrófico, ya que se utiliza 30% del ingreso familiar en atender al enfermo.

 

Ante esta situación, Seguros Axa anunció el primer seguro de vida para atender a esta población con pólizas que van desde los 500 mil hasta los tres millones de pesos. También ofrece atención médica las 24 horas a un precio preferente, así como descuentos en la compra de medicamentos y estudios.

 

Héctor Rode, vicepresidente del área de Vida de la aseguradora, indicó que 90% de los pacientes mexicanos son candidatos al seguro, con la indicación de mantener controlada su enfermedad para poder recontratar la póliza cada cinco años. “Con esto estamos apostando por que los pacientes se adhieran al tratamiento”.

 

El Instituto Nacional de Salud Pública (INSP) señala que sólo una tercera parte de los enfermos se adhiere al tratamiento, mientras que el resto también acude al médico pero no sigue las indicaciones.