Ya no sé si de plano esos de la 4T, ¿son o se hacen? Y es que les está dando, de manera repentina, una especie de enfermedad que les provoca amnesia, ceguera y hasta sordera.
Recientemente, el candidato a la gubernatura de Sonora por el partido Morena, Alfonso Durazo, visitó Cananea con fines electorales y, ahí, tuvo el descaro de decir que haría justicia al pueblo, que pediría apoyo al Presidente de la República para resolver todos los conflictos relacionados con los trabajadores mineros.
Además, el candidato, de forma cínica y desvergonzada, se comprometió a que los mineros recuperen la estabilidad laboral que tanto les ha negado el Gobierno actual, y es aquí donde todos nos preguntamos. ¿Qué el Gobierno actual no está encabezado por ellos? ¿Qué no son ellos los que han permitido que el enemigo más grande de Cananea y la minería goce de impunidad?
Y la respuesta es sí, solo que casualmente se les olvida. A Durazo hay que decirle que se informe antes de pisar una plaza, ya que son precisamente de Cananea los más de 10 mil mineros defraudados por Napoleón Gómez Urrutia, sí, al mismo que su partido regaló una curul y protege. Mineros que seguramente ya conocía Durazo, ya que en varias ocasiones cuando él era Secretario de Seguridad Pública acudieron a Palacio Nacional a exigir justicia, a pedir que el senador de Morena les regresara los 55 millones de dólares que les robó.
Hoy del tema no habla, no así, les dice que los entiende, que los escucha y hasta promete resolver todos los conflictos de esa población. A Durazo y a la 4T se les debe quitar la amnesia, ya que, curiosamente, también es en Cananea donde está la mina que por más de 10 años mantuvo tomada Napito, la misma por la que pedía 100 millones de dólares a cambio de liberarla. Ahí es donde se vivió pobreza, miseria e inseguridad, ligadas a la pérdida de empleos ocasionada por su senador.
Es de desvergonzados pararse frente a los mineros y fingir demencia, hacerse como que nada pasa, como que el daño lo hicieron otros. Ellos, la 4T, son los que no solo han tolerado este tipo de prácticas, sino que las defienden y promueven. Sin duda, Durazo tiene una gran oportunidad, no de ganar la gubernatura, sino de lograr algo para los mineros; él y su cercanía con el presidente López Obrador puede hacer que se dignifique a los mineros, que Napito regrese por fin los 55 millones de dólares al pueblo minero.
Desde que llegó la 4T le han dado poder, recursos y facilidades a Napillo para poner en jaque a la minería, para tratar de que la historia de Cananea se replique en todas las minas. La prueba más contundente está en Sinaloa, en la mina San Rafael de Cosalá, que desde hace más de un año se encuentra tomada y parada de manera ilegal por Napito. El pueblo ha hecho marchas para que el legislador morenista les regrese sus empleos, porque por falta de trabajo viven en la pobreza, pero las autoridades parecen no verlos ni escucharlos.
Los mineros de Cosalá han pedido de manera personal al presidente López Obrador, que solucione el conflicto y la única respuesta ha sido el respaldo no solo de él sino de la autoridad laboral a las acciones de Napito. Bajo este panorama cómo hacerle caso a Durazo, cómo creer que los milagros se harán tras el conteo de las urnas.
Prometer que resolverán lo que ellos mismos fomentan es querer hacer, una vez más, tonto al pueblo.
@CarlosPavonC