El exbanquero conservador Guillermo Lasso ganó el balotaje presidencial de este domingo en Ecuador contra el izquierdista Andrés Arauz, delfín del expresidente Rafael Correa, que reconoció su derrota.
“Le felicitaré por el triunfo electoral obtenido hoy y le demostraré nuestras convicciones democráticas”, afirmó Arauz refiriéndose a Lasso en un discurso en su centro de campaña en Quito.
Ambos protagonizan un choque de generaciones y estilos del que saldrá el sucesor del impopular Lenín Moreno para gobernar durante los siguientes cuatro años un país dividido y en crisis por la pandemia.
En el conteo
Arauz, un economista de 36 años, se anticipó al escrutinio oficial y se proclamó ganador sobre su rival, un exbanquero de 65. “¡Tenemos encuesta exit poll y hemos ganado!”, afirmó el izquierdista, señalando una supuesta ventaja del 1,6% sobre Lasso.
“Esta victoria evidentemente tiene que ratificarse en los resultados oficiales, lo que será muy pronto”, dijo mientras se dirigía a sus simpatizantes desde una tarima montada en el centro de Quito.
Lasso no se ha pronunciado después del cierre de la jornada a la que estaban convocados 13,1 millones de ecuatorianos para emitir su voto obligatorio. Poco antes tuiteó: “Ha sido una gran jornada democrática. Estamos vigilantes para cuidar cada voto”.
El Consejo Nacional Electoral comenzó a publicar los primeros datos del escrutinio preliminar una hora antes de lo que había previsto, aunque en un porcentaje mínimo que impide proyectar tendencia alguna.
Los canales Ecuavisa y Teleamazonas divulgaron dos encuestas a boca de urna, una de la firma Cedatos que le da una ventaja a Lasso de seis puntos porcentuales (53,24%) sobre Arauz (46,76%) y otra de Clima Social que señala un empate técnico, por lo que se abstuvieron de revelar porcentajes.
Sin embargo, la campaña de Arauz dio a conocer unos resultados de esta última encuestadora que le dan un 50,80% sobre 49,20% de Lasso.
Un desafío mayúsculo
De alzarse con la victoria, Arauz se convertiría en el mandatario más joven de Latinoamérica, mientras Lasso va por un triunfo que se le escapó en las elecciones en 2013 y 2017.
Quien venza gobernará este país de 17,4 millones de habitantes a partir del 24 de mayo, en reemplazo de Moreno, acosado por las críticas ante la lenta vacunación contra el covid-19.
También deja una economía dolarizada en números rojos: en 2020 el PIB retrocedió un 7,8% y la deuda pública total alcanzó el 63% del Producto Interno Bruto.
Arauz no pudo votar en Ecuador porque está empadronado en México, donde cursaba un doctorado antes de postularse. En Quito acompañó a una simpatizante a emitir su apoyo.
Lasso en cambio sufragó en el puerto de Guayaquil con un mensaje a los indecisos. “Los invito a darnos una oportunidad para servirlos (…), porque con humildad les digo: le entregaré mi vida al pueblo”.
El protagonista ausente
Aunque lleva fuera de Ecuador en los últimos cuatro años, Correa es la figura central de esta contienda.
El exmandatario, que se instaló en Bélgica con su familia tras concluir su mandato (2007-2017), rompió con Moreno apenas éste se instaló en el poder, desatándose una feroz disputa que fraccionó a la izquierda entonces dominante.
Correa arrastra una condena de ocho de cárcel por corrupción que tacha de “persecución política”.
Lasso encarna el anticorreísmo que agrupa a la derecha tradicional, empresarios, algunos medios de comunicación y parte de los no pocos desencantados con el socialismo del siglo XXI que pregonó el exjefe de Estado.
“Si gana Arauz, va a seguir el correísmo. Si gana Lasso, de pronto vamos a parar esto del correísmo, que es una terrible situación desde hace años”, expresó a la AFP tras sufragar Judith Viteri, de 41 años y vendedora en una farmacia.
Sin revelar su apoyo, Jhonny Changoluisa, un empleado privado de 40 años, evocó la “crisis total” que enfrentan los ecuatorianos. “Necesitamos cambios (…) La clase media y baja está hecha pedazos”, señaló.
El voto indígena
Los indígenas, que quedaron a las puertas del balotaje con su candidato Yaku Pérez, un anticorreísta de izquierda que alegó un supuesto robo de elecciones, aparecen como una fuerza determinante este domingo.
El partido de Pérez, Pachakutik, no dio su apoyo a ninguno de los candidatos.
Este domingo Pérez anuló su voto públicamente con la leyenda “Yaku presidente resistencia”, prometiendo una oposición de “resistencia” en caso de que el vencedor incumpla con sus promesas.
El futuro presidente no gozará de mayoría absoluta en el Congreso y tendrá que negociar con Pachakutik, pues el partido indígena quedó segundo en las legislativas celebradas en febrero por detrás de Unión por la Esperanza (Unes), el movimiento de Arauz. Creando Oportunidades (Creo), la fuerza de Lasso, tendrá una representación mínima.
“Hay crisis económica, sanitaria y de gobernanza en este momento (…) Cualquiera que gane tiene un panorama completamente dividido, bien difuso”, apuntó Wendy Reyes, consultora política y catedrática de la Universidad de Washington.
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CT