Crusader tombstones are pictured on January 22, 2021 on the site where a chapel of the Knights Templar was built at the Limassol medieval castle, now housing the Cyprus Medieval Museum in the coastal Cypriot city. - Fables of the Knights Templar are legend, but deep beneath a castle on Cyprus -- an island once owned by the Crusader brotherhood -- lies a legacy historians say still resonates today. Down narrow, uneven and steep stone stairs in the fort of the Mediterranean port city of Limassol, in a low-vaulted room lined with tombstones of medieval knights, is the chapel where England's King Richard the Lionheart is believed to have been married, en route to the Crusades in 1192. (Photo by Alex MITA / AFP)

Las fábulas sobre los templarios son legendarias, pero en las profundidades de un castillo de Chipre, una isla del Mediterráneo que perteneció a la cofradía de los cruzados, se esconde un patrimonio todavía muy visible, según los historiadores.

En la parte baja de una estrecha y empinada escalera de piedra del fuerte de la ciudad portuaria de Limassol, en una sala abovedada y bordeada de lápidas de caballeros medievales, se encuentra la capilla en la que el rey de Inglaterra Ricardo I, llamado "Corazón de León", se habría casado, de camino a las cruzadas, en 1192.

"La arquitectura y los objetos que aquí se encuentran reflejan la gran historia de Chipre", afirma la arqueóloga Elena Stylianou, mostrado una larga espada de la época de las cruzadas, oxidada y dañada pero todavía afilada.

Dada su situación estratégica, "Chipre era un lugar del que querían apoderarse multitud de extranjeros", recuerda.

Ricardo I pasó aquí su noche de bodas, bebiendo vino tinto dulce, antes de pasar su luna de miel destruyendo cultivos y quemando y saqueando tierras, hasta añadir a Chipre a su lista de posesiones. Más tarde, se la vendería a los templarios.

Los templarios, un ejército internacional de combatientes de élite creado para proteger a los peregrinos europeos en su camino hacia Jerusalén, hicieron de Chipre su cuartel general para dirigir campañas militares autorizadas por el papa en Tierra Santa, a algo más de 100 kilómetros de la isla, al otro lado del Mediterráneo.

Según el historiador medievalista chipriota Nicholas Coureas, las cruzadas son una etapa clave de la formación de la identidad nacional: "la consecuencia más duradera de la conquista de Ricardo es que, aunque Chipre cambió de manos varias veces, siempre mantuvo una orientación europea, y la mayoría de los chipriotas se identifican más con Europa que con Asia o África".

En la actualidad, la isla está dividida desde 1974, cuando Turquía invadió y ocupó el tercio norte del territorio en respuesta a un golpe de Estado apoyado por Atenas y destinado a anexionar la isla a Grecia.

 

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