Los talibanes anunciaron ayer un alto al fuego de tres días en Afganistán para la fiesta del Aíd al Fitr, que marca esta semana el fin del mes sagrado del Ramadán… todo esto, dos días después de un atentado contra una escuela que causó más de 50 muertos y que el Gobierno les atribuye.
“Se ha ordenado a los muyahidines de los emiratos islámicos (talibanes) que cesen todos los ataques contra el enemigo en todo el país del primer al tercer día del Aíd”, una celebración cuya fecha depende de la posición de la Luna, dice el comunicado de los insurgentes.
Este anuncio ocurre tras el atentado más mortífero desde hace un año en Afganistán, contra una escuela de niñas.
El sábado se produjeron explosiones delante de un centro escolar en un barrio de mayoría chiita hazara, en el oeste de Kabul, cuando habitantes hacían compras para el Aíd al Fitr.
Murieron más de 50 personas, la mayoría niñas, y hubo un centenar de heridos. El ataque no fue reivindicado, pero el presidente afgano, Ashraf Ghani, acusó a los talibanes.
Los hechos se suman a otros recientes de hostilidad en el marco del retiro de las tropas estadounidenses y de la OTAN del territorio, tras 20 años de presencia.
La fiscal saliente de la Corte Penal Internacional (CPI), Fatou Bensouda, recibió en La Haya, Holanda, a ministros afganos para hablar de las acusaciones de crímenes de guerra en Afganistán, una carpeta que se arrastra desde marzo de 2020.
LEG