Con una nueva Constitución, Chile se replanteará la relación entre Gobierno, ciudadanos y mercado. Juan Cruz Olmeda, especialista en América Latina, determinó que el Estado tendrá un rol más relevante en el día a día de los ciudadanos y promoverá los derechos de poblaciones marginadas.

Chile es percibida como una de las economías más fuertes de América Latina, sin embargo, tiene un índice muy alto de desigualdad, y muchos apuntan a la Constitución vigente como la principal causante de estas asimetrías. La población en 2019, cansada de esta situación, reclamó un cambio. Ahora, el proceso de redacción de una nueva Carta Magna está en curso.

El documento vigente data de los tiempos de Augusto Pinochet y tiene tendencias neoliberales, por lo que, el Estado juega un papel residual en la provisión de bienes, servicios, y redistribución de la riqueza. El docente del Colegio de México detalló que es probable que muchas de las propuestas de reforma vayan en contra de los pilares económicos y políticos del modelo anterior.

“El Estado probablemente tendrá un papel importante en la provisión de servicios públicos, la regulación de la actividad económica, y la promoción de la igualdad y equidad”, señaló el especialista.

Cruz Olmeda agregó que la agenda probablemente incluirá una profundización tanto de los derechos de la población indígena, como de los sexuales y reproductivos.

La asamblea constituyente que redactará la Carta tendrá paridad de género, incluye a líderes indígenas y está conformada principalmente por líderes de izquierda.

Cuestionado acerca de los riesgos que pueda abrir este cambio en el modelo económico y político de Chile, el académico declaró que este proceso abre una caja de Pandora: “No se sabe a dónde puede llevar, pero el actual modelo tampoco es sostenible, por lo que, vale la pena intentarlo”.

 

LEG