Foto: ADFP Marcharon para celebrar... y reclamar  

Las olas de calor en el suroeste de su territorio y el hallazgo de más de mil tumbas de niños indígenas en terrenos de antiguos internados pusieron la víspera una nube gris sobre la celebración de la fiesta nacional de Canadá.

La nación que gobierna Justin Trudeau conmemoró la fecha oficial de fundación del país, el 1 de julio de 1867, pero con menos celebraciones que lo habitual y un espíritu más sombrío… tras el descubrimiento en las últimas semanas de más de mil tumbas de niños indígenas sin identificar en terrenos de viejas escuelas gubernamentales.

Y es que desde finales de mayo, cuando los tk’emlúps te secwépemc, un grupo indígena del oeste de Canadá, revelaron el hallazgo de los restos de al menos 215 niños indígenas enterrados en la antigua residencia escolar de Kamloops, un creciente número de voces habían solicitado la cancelación de las celebraciones, sumando incomodidad al tuit del premier:

“El progreso que hemos logrado como país no sucedió por accidente y no continuará sin esfuerzo. Así que mientras celebramos este lugar que llamamos hogar y las personas con las que lo compartimos, volvamos a comprometernos a construir un futuro mejor”.

El anuncio de otros grupos indígenas sobre el descubrimiento de más tumbas en otras instituciones gestionadas por órdenes religiosas -en las que los niños aborígenes eran internados a la fuerza-, hizo que muchos se cuestionen la validez de la fiesta.

 

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