En Rusia solo habrá una champaña disponible: la rusa. La francesa fue despojada de su nombre originario, y lo más que alcanzó fue el nombre de “vino espumoso”. La guerra de la champaña fue destapada por el polémico mandatario Vladimir Putin.
El también considerado dictador firmó una ley que decreta que solo los “shampanskoye” (populares y baratos vinos espumosos de la era soviética cuyo mensaje eran democratizar el lujo) pueden etiquetarse como champaña en Rusia.
Los ejemplares extranjeros (incluyendo los de la región francesa de Champaña, protegidos por una denominación de origen controlada) serán etiquetados y clasificados como “vinos espumosos”, nada más.
La norma modifica la ley sobre bebidas alcohólicas y ya causó revuelo entre la industria del champán, que defiende su denominación de origen e insiste en que el “champán” solo proviene de la región de Champaña.
Las casas francesas solicitaron ya ayuda diplomática. Y es que ellos argumentan que son beneficiarios del Acuerdo de Lisboa sobre indicaciones geográficas distintivas, aunque Rusia no firmó dicho acuerdo...
Si los productores franceses siguen utilizando la palabra en francés, también deberán escribir "vino espumoso" con el alfabeto cirílico en la parte posterior de las botellas, considerado “una herejía” para estas marcas.
“La norma es un paso más en las últimas leyes de proteccionismo ruso en plena oleada de sanciones occidentales contra Moscú -que ya han vetado o restringido productos como el queso parmesano, el gouda o el jamón ibérico-, y busca promover a los productores locales”, describió la periodista María R. Sahuquillo para el diario El País.
Pese a la resistencia, marcas como Moët Henness, propiedad del lujoso conglomerado LVMH, anunció que cumpliría la ley y reanudaría exportaciones.
LEG