La euforia por ver a Inglaterra en una final es algo que ha sobrepasado a los aficionados ingleses, pues desde 1966 no disputaban un título. Sin embargo, la alegría desbordada ha dejado lamentables imágenes que ya le dieron la vuelta al mundo.
Si bien, hoy en día ya no se presentas la oleadas de Hooligans, esa pasión que desemboca en vandalismo por parte de algunos sigue presente y las calles que colindan con el estadio donde se disputa la final de la Eurocopa lo atestiguaron.
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Fueron cuentos o miles de fanáticos locales los que se aglomeraron cerca de Wembley y comenzaron a reñir lanzando objetos como piedras, botellas de vidrio o latas de cerveza.
El influjo del alcohol fue evidente y lo sufrieron incluso algunos aficionados italianos que se disponían a entrar al estadio.
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A pesar de que la policía de Londres indicó en redes sociales que no acudieran al estadio las personas que no contaban con una entrada, miles de fanáticos fueron con la intención de romper las barreras y entrar al recinto a la fuerza.
Los elementos policiacos sufrieron los estragos de esa marejada de aficionados que llegaron hasta las vallas de seguridad y las rompieron con tal de ver a su selección en el partido que les puede volver a dar un título después de más de medio siglo.
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