CÁNCER PADRES
Foto: Especial Padres de niños con cáncer han alzado la voz para que el Gobierno federal les otorgue los fármacos que requieren  

“Con vergüenza y tragándome el orgullo, mi amiga colocó en los establecimientos del pueblo unos botecitos con la imagen de mi hija Italia, de 11 años, quien padece un tumor en la pelvis y en el fémur derecho (sarcoma de Ewing) para que la gente aporte alguna moneda, con la finalidad de poder comprar medicamentos oncológicos”, narra la madre de la menor, quien radica en el municipio El Venado, San Luis Potosí.

Comenta que su hija es parte de la lista de al menos 200 pacientes que se atienden en el Hospital Central Dr. Ignacio Morones Prieto, en SLP, y de un grupo de 30 personas, que interpusieron un amparo a través de la organización Renace para tener acceso a los fármacos.

La mamá señala que no tiene tiempo de tener un trabajo estable, porque necesita estar las 24 horas del día con su hija y debe alrededor de 40 mil pesos que fueron utilizados para completar una parte de los tratamientos.

“Tengo una deuda enorme… sin tomar en cuenta que cuando iniciamos con esto la biopsia costó 25 mil pesos, aspirado de médula 15 mil pesos, tomografías siete mil, otro estudio cuatro mil pesos y dos resonancias de 10 mil pesos cada una”.

Abunda que la niña, quien lleva el mismo nombre que ella, es paciente desde noviembre de 2020 y fue el 16 octubre cuando se le diagnosticó el sarcoma que se produce en los huesos o en el tejido blando alrededor de los mismos.

“En febrero, de 2021, ya empezamos a padecer la escasez de fármacos. No contaban con el Cardioxane y busqué en internet el precio y costaba siete mil 200 pesos y ocupaba tres. Allí empezó el largo camino”, comenta.

SE AMPARAN ANTE LA ESCASEZ

Ante el desabasto de medicamentos oncológicos en el Hospital Central Dr. Ignacio Morones Prieto, la organización Renace defensora de Derechos Humanos, brindó asesoría a 30 pacientes que decidieron ampararse.

El abogado José Mario de la Garza Marroquín, presidente de la organización, explicó que anteriormente los fármacos eran administrados por el Estado, pero cuando cambia el sistema y es operado por el Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi) inicia la escasez.

“Entonces se quedan sin recursos propios y sin la posibilidad de comprarlos porque todo debe ser por medio de la infraestructura del Insabi, esto ha ocasionado que los enfermos no tengan los tratamientos, han mandado a cuenta gotas”.

CITA:
“Los botecitos se quedan como un mes y hay gente que nos echa la mano con 200 pesos”
Italia, madre de menor diagnosticada con sarcoma de Ewing

LEG