Los incendios y saqueos en Sudáfrica se extendían este lunes en el cuarto día de violencia, casi sin precedentes, desencadenada inicialmente por el encarcelamiento del expresidente Jacob Zuma, y el Ejército anunció que apoyará a las desbordadas fuerzas de seguridad.
El presidente sudafricano Cyril Ramaphosa afirmó por la noche que la cruenta violencia que asola a dos de las más populosas provincias del país, tras el encarcelamiento de Zuma, tiene pocos precedentes “en la historia de nuestra democracia”.
“Partes de nuestro país padecen desde hace varios días y noches actos de violencia pública, destrucción de propiedades y saqueos que pocas veces se han visto en la historía de nuestra democracia”, afirmó el Presidente en una intervención televisada a la nación.
Los incidentes estallaron el viernes en las zonas zulúes (este) de donde es originario Zuma y donde también ingresó en prisión tras ser condenado a 15 meses por desacato al tribunal.
Desde entonces, los disturbios se extendieron a Johannesburgo, especialmente a sus barrios más pobres, y por reclamos que no tienen que ver con la condena a Zuma.
En estos sitios, las restricciones por la tercera ola de Covid-19 que se impusieron en junio afectan a los pequeños empleos con los que sobreviven muchos de sus habitantes.
Los disturbios son un caos de “delincuentes e individuos oportunistas”, según la Policía.
La gente iba a centros comerciales y tiendas, llevándose televisores, alimentos, colchones, frigoríficos e incluso una bañera en equilibrio sobre la cabeza, indicaron periodistas de la agencia AFP presentes en varios puntos, mientras la Policía usaba balas de goma y detuvo a 219 personas.
LEG