El Gobierno de Estados Unidos ha mostrado particular interés en los asuntos de seguridad en el Gobierno de la 4T.
No es que antes no lo haya tenido, pero con Joe Biden se ha hecho más público y notorio.
Este año, nada más para dar un ejemplo, han estado en nuestro país el subdirector de la CIA, David S. Cohen, en mayo previo a la visita de la vicepresidenta Kamala Harris.
El 30 de junio, estuvieron en el país el subdirector del FBI, Calvin Shivers y la Fiscal General Adjunta Amanda Liskamm.
Ayer estuvo una delegación estadounidense de funcionarios encargados de temas de seguridad, encabezados por Jake Sullivan, consejero de Seguridad Nacional del presidente Biden.
También estuvieron en una reunión con el canciller Marcelo Ebrard, el secretario Alejandro Mayorkas, jefe de Departamento de Seguridad Nacional y Juan González, director del Consejo de Seguridad Nacional de EU para América.
El Gobierno mexicano informó oficialmente que los temas a tratar con los visitantes fueron “la reapertura de la frontera y el diálogo económico de alto nivel de cara a la recuperación pospandemia’’.
La agenda no es creíble, por la sencilla razón de que entre la comitiva estadounidense no figura ningún funcionario de comercio, de industria o de aduanas hablando de la apertura de la frontera.
Si “el diálogo económico de alto nivel’’ se tiene que tratar con los encargados de la seguridad, ¿qué se puede tratar con los secretarios encargados de las relaciones económicas? ¿El combate al narco?
Los estadounidenses están espantados por el nivel de violencia que ejercen los cárteles mexicanos en los estados del norte, que de a poco permea en su territorio.
Igualmente, les preocupa cómo la frontera sur mexicana, que con Trump en la presidencia de EU era un muro, ahora se ha vuelto tan porosa.
La visita de ayer no fue una cortesía, dados los antecedentes.
¿Qué será lo que quiere Biden? ¿Qué no le está gustando al Presidente de EU de la estrategia de “abrazos no balazos’’?
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Hay de estados a estados y de gobernadores a gobernadores.
Aunque los gobiernos de Colima y Michoacán presenten el mismo problema de insolvencia financiera, al primero, encabezado por Ignacio Peralta, uno de los peores gobernadores que ha tenido la entidad, el presidente López Obrador lo rescatará con algunos cientos de millones de pesos para que pueda pagar la nómina estatal.
No pasa lo mismo con Michoacán, cuyo gobernador, Silvano Aureoles, se ha encargado de difundir en el extranjero los supuestos nexos del narco con Morena.
Michoacán no tiene para pagar a los maestros, pero ese ya es un problema del gobernador rebelde.
Que se rasque con sus propias uñas.
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Podrán decir que ya para qué o cuestionar su utilidad, pero la puesta en marcha del programa Salud en tu Vida, Salud para el Bienestar por parte de la Jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum es un proyecto ambicioso pues busca ser una respuesta al sedentarismo que padecemos los capitalinos.
Con el programa se busca responder con una estrategia contundente a las condiciones que generan enfermedades no transmisibles -como la diabetes, obesidad e hipertensión- que afectan a gran parte de la población no solo en la ciudad de México sino en todo el país.
Estas comorbilidades provocan que quienes las padecen y llegaran a enfermar de Covid, tengan 7 veces más riesgo de ser hospitalizadas y 27 veces más riesgo de fallecer.
Bien.
LEG