México rebasó ayer los 3 millones de contagios y los 250 mil muertos por Covid, contando los casos registrados y las “muertes sospechosas’’.

Ayer se registró el mayor número de contagios desde que se informó del primer caso, en febrero del 2020, 22,711 y 727 muertos.

El registro oficial ubica en 3,020,596 mexicanos contagiados por Covid y 246,203 muertes pero, sumadas las 12,653 muertes sospechosas calificadas como producto de “neumonía atípica’’, suman 258,856.

Sin contar la cifra extra de muertos que agrega el INEGI y la propia Secretaría de Salud.

No hay duda de que el número de contagios y muertes se pudo haber evitado, si desde el Gobierno no se hubiera minimizado la letalidad del virus y si la política pública para atender la pandemia atendiera criterios científicos no políticos ni ocurrencias.

Todavía, a año y medio de la primera víctima mortal, en el Gobierno se sigue discutiendo la conveniencia o no de hacer obligatorio el uso del cubrebocas.

La justificación presidencial para no hacer forzoso el uso de la mascarilla ni decretar una nueva cuarentena es el “respeto a la libre decisión, a los derechos humanos’’.

Tal política se mantiene en esta tercera ola que si bien no ha mostrado la letalidad de las dos anteriores, sí se ha mostrado como la que más contagios produce gracias a su fácil transmisión.

Aún con estas cifras, el Gobierno insiste en regresar a clases presenciales; la decisión depende, finalmente, de los padres de familia, como evitar contagiarse depende de cada ciudadano porque definitivamente, en materia de prevención, con el Gobierno no se cuenta.

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¿De verdad no hay quién asesore al presidente López Obrador sobre temas financieros, sobre todo los que incumben al Banco de México?

El Presidente declaró ayer que pensaba utilizar 12,000 millones de dólares que el Fondo Monetario Internacional pone a disposición de México, a través de Derechos Especiales de Giro de Moneda (DEG’s), para el pago de deuda externa.

Apenas había concluido la conferencia cuando el subgobernador del Banco de México, Gerardo Esquivel, le corrigió la plana al Presidente.

A través de su cuenta en Twitter, el subgobernador aclaró que las DEG’s “no son moneda’’. Son un activo de reserva internacional.

“En México, por mandato de Ley, los activos de reserva internacional no se pueden usar para pagar deuda’’.

Se podrá especular que López Obrador tiene un desconocimiento selectivo de ciertas leyes y que sigue “echándole el ojo’’ a las reservas internacionales, cosa que ya ha planteado en alguna ocasión.

Pero si las variables macroeconómicas en el país se mantienen estables, en buena medida se deben a las decisiones tomadas por el Banco de México cuya autonomía (y reservas) han estado bajo el acecho presidencial una y otra vez.

¿No hay alguien que le informe al Presidente para evitar que constantemente le corrijan la plana? ¿Y los asesores?

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Mauricio Toledo se inventó una treta con la que buscó frenar su proceso de desafuero sin conseguirlo.

Antes de que comenzará la sesión de la Cámara de Diputados ingresó una solicitud para separarse de la diputación, pero se trató de una maniobra burda y desinformada.

LEG