El informe del presidente López Obrador lo tenía todo para mostrarse por fin hacia futuro.
El morbo por la salida de Julio Scherer, las innegables cifras macroeconómicas positivas, el control total del poder para encarar el muy complicado ciclo electoral 2022-2024.
Pero no, tercamente insiste en imponer al pasado como justificación del futuro de la 4T, ¡para que aprendan! Y cuando el Presidente mira hacia el pasado sólo ve un rostro, su némesis: Carlos Salinas de Gortari.
¿Por qué?, pues porque el verdadero creador de la 4T fue Salinas, él llevó a México a la modernidad, e introdujo el elemento transformador más importante del periodo post revolucionario: el TLCAN. Se puede aprobar o no la presidencia de Salinas, pero es innegable que es el presidente más inteligente que ha tenido México.
Tuvo además, la visión de ver en Colosio, un futuro más justo y equitativo para México y así, posibilitar su legado: el liberalismo social.
La muerte de Colosio, aún envuelta en la polémica, pospuso por muchos años (demasiados) el que millones de mexicanos se vieran representados por su presidente. López Obrador lo entendió muy bien y a base de exigir una y otra vez la revisión de los errores del pasado, construyó su presidencia.
Identificados los enemigos, López Obrador les dio rostro. Comprendió que necesitaba algo más que un partido, y creó su movimiento. Hizo cambiar la historia para crear su narrativa y se apropió de la 4T para borrar los aciertos del expresidente Salinas y magnificar sus errores. Quiso juzgarlo y fracasó.
El bloque opositor (PAN, PRI, PRD) sigue obstinado y ciego en su ruta de descalificar todas las acciones del Presidente. No comprenden ni los anhelos ni las necesidades de las personas, sólo existen como voto útil. Su insensibilidad social (PAN-VOX) valida el discurso machacante de Las Mañaneras del Presidente, que ve al futuro con la mirada puesta en el pasado.
La compulsión del Presidente por controlar todos los espacios de poder en el Gobierno, en Morena, en los medios afines y ahora en la sucesión presidencial, está creando una enorme presión hacia adentro de su Gobierno.
Los actores políticos morenistas no encuentran espacios de crecimiento, todo está condicionado a demostrar una lealtad incondicional al Presidente, no a los resultados de Gobierno. Sumisión o renuncia.
En la elección presidencial de 2024, el elegid@ del Presidente tendrá que presentar alternativas de cara al futuro, el revisionismo ya no será un factor determinante y la necesidad de diferenciación del candidat@ con el Presidente será muy difícil de superar. La otra alternativa sería el maximato lopezobradorista.
López Obrador tiene ya un lugar innegable en la historia de nuestro país. Impuso una revisión sobre la forma de ejercer el poder político en México. Su huella perdurará durante muchas generaciones de mexicanos. Creó la 5ª Transformación. Esa, sí es suya.
La 5T le dio voz y poder a millones de mexicanos ignorados (e indignados) desde hace cuatro sexenios (dos priistas y dos panistas). Pero el revisionismo como expresión política muestra ya síntomas de agotamiento crónico; la elección intermedia y la consulta popular evidenciaron la necesidad de un cambio de ciclo y discurso. Toca su turno al futuro.
¿Podrá el presidente López Obrador superar su obsesión por el pasado? ¿Podrán los partidos políticos de oposición abanderar causas que sí representen el futuro de los mexicanos? ¿Podrán los mexicanos resistir el embate de la confrontación de dos visiones irreconciliables?