1. Obama le gana a Hu Jintao. Estados Unidos no logró vencer a China en el Consejo de Seguridad de la ONU en el último intento de endurecer la política global en contra del dictador sirio Bachar al Asad (Rusia también votó en el mismo sentido de China, a favor de Siria) pero en el deporte, Michael Phelps, entre otros atletas, colaboró a mantener una brecha entre ambos países de ocho medallas de oro (46 contra 38), dos de plata (29-27) y siete de bronce (29-22). Obama ya está en campaña para intentar reelegirse el próximo mes de noviembre. La situación económica de EU no es favorable debido al bajo crecimiento de los sectores y, en particular, al anémico ascenso del empleo.
Las Olimpiadas las comenzó ganando China al provocar una fuerte polémica entre congresistas estadunidenses respecto al origen de la ropa que vestirían los atletas: hecha en China bajo la marca, eso sí, de Ralph Laurent. La situación mejoró para EU y Phelps tendrá que ser invitado por Obama por ser el mejor nadador del mundo.
2. Ecuador regresa de Londres sin medallas. Los atletas Álex Quiñones, Alexandra Escobar y Seledina Nieves se acercaron a la zona de medallas pero no lograron ingresar a ella. Seledina se ubicó en octavo lugar del levantamiento de pesas; Alexandra también participó en la halterofilia quedando en noveno lugar; y Alex Quiñones quedó en la séptima posición en la final de los 200 metros planos donde resultó imposible competir contra Usain Bolt. El presidente Rafael Correa estuvo esperando el milagro para salir a cadena nacional para cantar la victoria. Pero no sucedió, no logró abonar a favor del rating (nacionalismo) ecuatoriano. Proclive al eje chavista, el nacionalismo es el principal producto exportado por Ecuador. Correa se enzarza súbitamente con sus críticos, especialmente con los periodistas de El Universo por ser poco ecuatorianos. Así es la democracia chavista.
3. En pocos meses, Grecia tuvo que ceder gran porción de su soberanía a Bruselas, sede de la Comisión Europea (Gobierno de la Unión Europea), debido al incumplimiento de políticas comunitarias. En pocas palabras, Grecia requería de fuertes dosis de nacionalismo olímpico para irrumpir en las zonas de recarga motivacional. Dos medallas de bronce (en yudo y en remo) no fueron suficientes. Hoy, regresan las amenazas por parte de Alemania. Si no cumplen no serán ayudados, y sobre su moneda ni hablar. Ya no hay drama si regresa el dracma. Su flamante (por nuevo) primer ministro Andonis Samarás, tratará de mejorar el récord de sus antecesores, George Papandreu y Lucas Papademos.
4. El efecto de la Primavera Árabe no llegó a Londres. Las batallas entre el presidente Mursi y el ejército no ceden desde que los Hermanos Musulmanes ascendieron al poder a través de la figura presidencial. Dos medallas de plata, en esgrima y lucha, no fueron suficientes para trastocar la agenda egipcia. La última batalla la ganó Mursi al jubilar al secretario de Defensa. Del espíritu Olímpico, mejor ni hablar.
5. Para México, lo mejor de los Juegos Olímpicos el zapping. Cambiamos de canal después de que López Obrador se convirtiera en el más importante Ministerio Público; los Juegos lo sepultaron. Durante 17 días sus conferencias matutinas y vespertinas no lograron fijar agenda. Siete medallas (tres de bronce, tres de plata y los dos goles de México frente a Brasil) no tendrían que alegrar a nadie, ni a los payasitos de la televisión que hicieron hasta lo imposible para vendernos al torneo de futbol olímpico como un Mundial.
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