El pasado martes compareció ante el Senado de la República Marcelo Ebrard Casaubón, titular de la Secretaría de Relaciones Exteriores, en el marco de la glosa al Tercer Informe de Gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador, para realizar un ejercicio de transparencia y rendición de cuentas respecto del desempeño de la política exterior mexicana, cuyo análisis es facultad exclusiva de la Cámara alta.
Fue un encuentro basado en el respeto, aunque con fuertes cuestionamientos por parte de las distintas fuerzas políticas, que recibieron respuestas puntuales para dar certidumbre a la sociedad acerca de los buenos resultados que se han logrado en el ámbito internacional.
Sin duda, uno de los mayores esfuerzos de la diplomacia en tiempos de pandemia fue la gestión por medios diversos para adquirir 114 millones de dosis de las distintas vacunas anti Covid-19, con lo que México fue puntero regional en su aplicación. Además, nuestro país fue uno de los principales promotores de una distribución mundial equitativa de antígenos, al presentar una resolución —la que ha tenido más votos en la historia de las Naciones Unidas— que derivó en la creación del Fondo de Acceso Global para Vacunas Covid-19 (Covax). Asimismo, se estrecharon lazos con Argentina para promover la producción en ambas naciones de la vacuna AstraZeneca.
La segunda labor más relevante durante el más reciente año de actividades del Servicio Exterior Mexicano fue establecer buenas relaciones con el nuevo Gobierno de nuestro mayor socio comercial, Estados Unidos, encabezado por el presidente Joe Biden, gracias a lo cual se reanudó el diálogo económico de alto nivel, que no se realizaba desde 2016 y que busca impulsar el crecimiento económico regional y la inversión social, así como reducir las desigualdades y la pobreza.
En materia de seguridad, se ha insistido en la necesidad de disminuir el tráfico de armas y el consumo de estupefacientes vinculados a la violencia. En este sentido, y sin dañar en modo alguno las relaciones bilaterales, México presentó una demanda por negligencia contra los principales productores de armas estadounidenses, que fue admitida por la Corte de aquel país.
En tercer lugar, destaca el hecho de que México haya retomado el liderazgo regional basado en su autoridad política y moral. Como presidente pro tempore de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), nuestro país organizó la VI cumbre; así también, dimos hospedaje al diálogo para la solución pacífica de los conflictos políticos que se viven en Venezuela, y reiteramos la condena al bloqueo comercial que mantiene Estados Unidos contra Cuba, que impide el desarrollo de la isla.
En la bancada mayoritaria del Senado recibimos con agrado al canciller y analizamos detenidamente su informe, reconociendo los logros alcanzados de manera excepcional por la diplomacia mexicana, especialmente en materia de salud pública, con la gestión oportuna de vacunas para salvar vidas y acelerar la reactivación económica.
En conclusión, la cuarta transformación ha vuelto a poner en alto el nombre de México en el plano internacional, y la Cámara alta seguirá siendo una aliada del Gobierno federal en la consecución de sus objetivos de política exterior.
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