Emilio Lozoya es el rostro de la corrupción del sexenio anterior, pero también de la desfachatez e impunidad. Ha engatusado a la Fiscalía General de la República para no pisar la cárcel y ésta, por ignorancia o complicidad, le ha cumplido su deseo.
Sobornado por Odebrecht y supuesto sobornador de personajes de la política mexicana, se mueve con libertad por la Ciudad de México. “Es legal, pero es inmoral”, dijo el presidente López Obrador luego de que el exdirector de Pemex fuera pillado cenando en un exclusivo restaurante.
La periodista Lourdes Mendoza –cuestionada por usuarios de redes sociales solo por hacer su trabajo periodístico– fotografió a Lozoya cenando en el Hunan. El exdirector de Pemex reta a la autoridad y muestra su enorme soberbia. Cree que su pacto con el fiscal Gertz Manero es inquebrantable.
Sin embargo, la presión social y mediática podrían hacer cambiar de parecer a López Obrador, quien no permitirá que un delincuente confeso pretenda jugarle el dedo en la boca. El tabasqueño no es de los que permiten que se burlen de él y menos con el descaro de Lozoya.
La FGR y el Gobierno fueron exhibidos por un personaje acostumbrado al poder y al dinero que, a través de actos de corrupción desde la dirección de Pemex, se hizo de propiedades, empresas y más poder económico.
Investigado desde el Gobierno de Peña Nieto, huyó del país. Lo detuvieron en Málaga, España, en 2020. Su padre, Emilio Lozoya Thalmann, exsecretario de Estado con Carlos Salinas de Gortari, y sus abogados, comenzaron a negociar con la FGR para que no fuera encarcelado.
Tiempo y recursos
En octubre de 2017, ya investigado por la presunta corrupción en la compra que Pemex hizo de Agro Nitrogenados, Lozoya fue cuestionado al respecto. Su respuesta lo describe de cuerpo entero: “Tengo recursos y tiempo para romperles la madre”.
Una vez detenido, se convirtió en testigo colaborador, sin que hasta ahora haya aportado pruebas para implicar al expresidente Peña Nieto y al exsecretario de Hacienda, Luis Videgaray, como cómplices de la corrupción en la paraestatal.
Eso no significa que estén exentos, simplemente Lozoya no ha mostrado las pruebas que dijo a la FGR tener para no ir a la cárcel. Tampoco ha entregado los videos que prometió.
El 3 de noviembre se cumple el plazo para que aporte las pruebas con las que dice contar. ¿Qué pasará si no las tiene? ¿Se atreverá Gertz Manero a enviarlo a la cárcel?
Directo. A Ricardo Monreal le debe incomodar, cada vez, la forma en que Morena elegirá candidato en 2024, pero sobre todo las palabras presidenciales. López Obrador reprochó a quienes si no son candidatos arman conflicto o se van a otros partidos. Hay que recordar que en 2017, el zacatecano desconoció la encuesta que ganó Claudia Sheinbaum y estuvo a nada de ser postulado por una alianza opositora al Gobierno capitalino. ¿Habrá entendido el mensaje?
Indirecto. ¡Felicidades a 24 HORAS por su décimo aniversario! Qué vengan muchos más.
@maurijua