Probablemente durante la pandemia has notado un retraso o escasez en el suministro de productos y servicios.
Quizá la entrega de la compra en línea de un artículo se demoraba más de lo habitual. O quizá los almacenes en las tiendas departamentales o de autoservicio se veían vacíos.
De acuerdo con un estudio realizado por la Arizona State University, se estima que en México esto podría verse reflejado en la falta de ciertos productos de importación, ropa y calzado provenientes de Asia.
El árbol de Navidad y todos los artículos de dicha temporada podrían verse afectados por esta situación.
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El estudio indica que la crisis en la cadena de suministros se debe, en parte, no sólo por los estragos causados por la Covid-19, sino también por la variedad de proveedores con los que se contaba previo a la pandemia y que durante el confinamiento estuvieron parados.
Hay algo paradójico con el hecho de contar con muchos proveedores en situaciones extremas, pues las cadenas de suministros no pueden adaptarse a la misma velocidad con que se mueve el incidente.
“Por ejemplo, tener muchos, muchos proveedores durante el impacto de la interrupción fue perjudicial. Empeoró la situación, lo que es contrario a la intuición. Probablemente fue porque era difícil llegar a todos los proveedores y no podían centrarse solo en dos o tres”, comenta el profesor Robert Wiedmer, a la Arizona State University.
Ahora bien, contar con muchos proveedores en la etapa de la recuperación sí resulta conveniente:
“Durante la recuperación, es lo contrario. Tener muchos proveedores es bueno, y la diversificación es útil”, agrega el académico estadounidense.
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En el estudio, la Universidad pone de ejemplo el tsumani de 2011 en Japón y la actual pandemia; en esta última refiere que la cuarentena obligatoria para todo el mundo paralizó las cadenas de suministros en diversos sectores económicos.
El principal problema tiene que ver con la capacidad logística de las empresas para adaptarse a la interrupción de esta cadena entre los diversos proveedores cuando se presenta una catástrofe.
Para responder a ello es necesario pensar en modelos que puedan gestionar con eficacia el suministro global, y que a su vez sean más resistentes a futuras interrupciones que se puedan presentar.
Antes se procuraba hacer todo más rápido con el menor coste posible. Ahora las cosas han cambiado.
Se buscan modelos que puedan ser aplicados más fácilmente y que sean más resilientes para las empresas.
El Covid-19 evidenció la crisis logística que tienen los transportistas para llegar a todos sus clientes o encontrar puertos que no estén sobresaturados.
Por último, el estudio afirma que las interrupciones en la cadena de suministros no solamente pueden ser provocadas por catástrofes naturales, sino que también el cambio climático y las guerras comerciales son factores a considerar en la implementación de nuevos modelos.
OC