El miércoles pasado, en el centro de Zacatecas, un grupo de compañeras y compañeros del Sindicato Nacional Minero Metalúrgico FRENTE, en pleno ejercicio de su derecho a manifestarse, acudió de manera pacífica y voluntaria al teatro “Fernando Calderón”, a mostrar su rechazo a Napoleón Gómez Urrutia, quien ocuparía el emblemático recinto para hacer proselitismo, y presentar un pasquín que desvirtúa la historia de miles de mineros que han sido agredidos, violentados, ofendidos y robados por dicho personaje.
No olvidemos que Gómez Urrutia, paró por más de diez años la mina de Sombrerete, en Zacatecas, que fue quien permitió que los compañeros caídos en Pasta de Conchos trabajaran sin condiciones de seguridad, quien robó, sin vergüenza alguna, 55 millones de dólares a los mineros en Cananea y quien ha arrebatado su empleo a miles de trabajadores al secuestrar empresas y estallar paros a modo.
Mis compañeros, todos mineros, intentaron ingresar al recinto, ya que se trataba de un evento público, pero no fue así, la entrada les fue negada; ante las reacciones, una de las puertas resultó afectada y la presentación cancelada. Mis compañeros fueron señalados de hampones, porros, transgresores y de cuantas cosas más.
Para empezar un grupo de morenistas en el senado de la República no tardó en mostrar su brazo protector, autoritario y pidió que este caso sea atraído por la Fiscalía General de la República (FGR). Señores, no se confundan, fue una protesta de trabajadores, mismos que pagan impuestos e impulsan la economía de Zacatecas, no delincuentes como lo quieren hacer ver. El apoyo que deben pedir a la FGR, es para que Napillo regrese los 55 millones de dólares a los trabajadores, ahí sí deberían indignarse, ofenderse y por supuesto actuar, no hacerlo, sépanlo, los convierte en cómplices, hayan o no gozado de ese dinero.
La soberbia de este grupo también dio para presionar al Instituto Nacional de Antropología e Historia a poner una denuncia por la puerta dañada. Más bien, la acusación junto con una auditoría debería ser para el rector de la Universidad Autónoma de Zacatecas, Rubén de Jesús Ibarra Reyes, al no quedar claro cómo utiliza los impuestos para el mantenimiento de nuestro teatro.
Y el colmo, pidieron de manera autoritaria, pero a la vez en plena demostración de ignorancia a la secretaria del Trabajo, Luisa María Alcalde, cancelar de manera inmediata el registro al Sindicato Minero Metalúrgico FRENTE, es decir, un ala del Poder Legislativo está solicitando pisotear la voluntad y los derechos de miles de trabajadores, sólo porque no se le permitió a un senador presentar un pasquín. De ese tamaño, el acoso y soberbia de los afines a Napillo. Una vez más demuestra que no es obrero, los trabajadores somos de piel mucho más gruesa.
Los mineros de Zacatecas no han sido los únicos en oponerse a la presentación del libro de cuarta, en Monclova, Coahuila, los obreros ya dijeron que actuarán igual si Napillo intenta engañar a la sociedad con sus mentiras y hay quien proyecta que el fenómeno se replicará en varios estados.
Señores, no nos hagamos tontos, aquí hay un culpable que se ha burlado, explotado y robado a los trabajadores. El castigo y linchamiento social y bien lo saben es a Gómez Urrutia, no a un grupo de mineros que han hecho más que los legisladores, que solo cubren y solapan las actuaciones de un compañero, por cierto canadiense y millonario.
@CarlosPavonC